lunes, 29 de octubre de 2012
¿Por qué los bostezos son contagiosos?
Todavía no está científicamente claro el motivo por el que bostezamos. Antes se decía que era una carencia de oxígeno. Pero posteriormente los experimentos mostraron que los voluntarios que respiraban oxígeno puro no bostezaban menos que sus colegas que lo hacían con aire ordinario. Entonces ¿el fenómeno no tenía nada que ver con el abastecimiento de oxígeno? Puede.
Independientemente de la composición del aire que tengamos a nuestra disposición, si estamos cansados desciende la presión arterial y el corazón se pone a medio gas; los órganos reciben menos irrigación sanguínea y, consiguientemente, menos oxígeno. Es posible que el aparato respiratorio ponga el freno de emergencia y se provoque el bostezo. Esto puede ocurrir de dos formas: por un lado se respira muy profundamente y de esa forma se absorbe mucho oxígeno. Por otro lado, se dilata la caja torácica y se produce en ella una presión negativa que se mantiene lo que dura el bostezo y se ocupa de que fluya mucha sangre por las venas en dirección al corazón.
¿Por qué no podemos resistirnos a bostezar cuando vemos a otra persona hacerlo? En la noche de los tiempos no existía un lenguaje perfeccionado. Los hombres se ayudaban de la mímica y los ademanes para comunicarse. Esto era muy útil para que una tribu tuviera un desarrollo común. Además, los seres humanos tenemos empatía, esto es, la capacidad de compartir los sentimientos con nuestros congéneres. Cuando alguien llora tendemos a soltar lágrimas; y cuando alguien bosteza, nosotros le imitamos.
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