Su nombre lo tomaron del capítulo quinto del Evangelio de San Lucas, en el que Jesús envía a sus discípulos a predicar su palabra y ser testigos del poder de Dios. Tal orden nunca fue rescindida, por lo que los Testigos de Jehová creen que hacen sencillamente lo que Jesús pidió a sus seguidores. Desde su fundación se les ha conocido por una variedad de nombres, como Russellitas o Estudiantes Internacionales de la Biblia.
Parten de una interpretación literal de la Biblia, negando la divinidad de Cristo, la Trinidad, la inmortalidad del alma y el infierno. En tal sentido, señalan que solamente los elegidos -es decir, los Testigos de Jehová- entrarán en el Paraíso; los demás volverán a la Tierra renovada, dentro de un reino que durará para siempre. También rechazan la Iglesia institucional en su proyección histórica, así como los sacramentos y el sacerdocio.
Creen que su objetivo en la vida es vivir al servicio de Dios y se espera de ellos que sigan estrictamente el código moral del movimiento, viviendo en una estructura social muy restringida en la que unos miembros se apoyan los unos a los otros tanto para su labor religiosa como en los aspectos de la vida cotidiana. De todos modos, aunque mantienen cierto grado de separación del mundo, trabajan y viven fuera de la secta y envían a sus hijos a colegios normales, si bien desaniman a seguir estudios universitarios ya que desaprueban la frenética carrera profesional y económica en la que vive sumida la sociedad contemporánea y consideran que los asuntos "terrenales" tienen mucha menos importancia que el mundo espiritual. También rechazan el servicio militar y cualquier contacto con las armas, participar en elecciones políticas (son neutrales políticamente) y en la mayor parte de los festivales religiosos y celebraciones seculares, como cumpleaños. En países donde el servicio militar es obligatorio, aceptan un trabajo social sustitutivo.
Practican un agresivo proselitismo, rayano en el fanatismo, y una disciplina férrea. La misión de su tarea misionera es convencer al no creyente de la verdad de su fe, no a través de una conversión dramática y súbita, sino mediante un lento proceso intelectual que lo convenza gradualmente de que los argumentos de los Testigos de Jehová son racionales. Los Testigos hacen este trabajo sin recibir compensación alguna y los denominados "pioneros" dedican hasta 70 horas mensuales a visitar puerta a puerta. Hasta tal punto creen que su labor misionera debe ser prioritaria, que dejan de lado cualquier pretensión profesional y aceptan trabajos mal pagados y de jornada reducida para disponer de más tiempo para su fe.
Los Testigos de Jehová han de aceptar las creencias y prácticas de su comunidad. Si actúan de forma incompatible con ello, pueden sufrir algún tipo de sanción. Para que la falta sea tenida en cuenta, la persona ha de confesar o bien han de existir al menos dos testigos que den cuenta del incorrecto proceder. Las transgresiones graves se afrontan como si se tratara de un juicio, con audiencias e interrogatorios ante los ancianos de la congregación. Si se les encuentra culpables, el castigo puede consistir en restricciones espirituales, reprobaciones públicas o incluso expulsiones de la comunidad. Esta última medida es la más severa y se aplica sólo en los casos de apostasía deliberada o la comisión repetida de pecados como embriaguez, robo o adulterio. Los Testigos creen que esta medida es necesaria para preservar la integridad moral y la limpieza de fe de la comunidad, pero también la contemplan como un acto de amor hacia los pecadores, puesto que estos pueden así tomar conciencia de su falta, arrepentirse y ser readmitidos.
Cada año se producen de 50 a 60.000 expulsiones en todo el mundo, de los cuales 30 o 40.000 son readmitidos en la fe. Mientras están "exiliados", los miembros de la congregación ejercen un veto social sobre ellos: no van con ellos de compras, al cine, evitan comer juntos... Las actividades cotidianas domésticas y familiares (siempre que no sean religiosas) están permitidas.
Los Testigos de Jehová creen que para adorar a Dios correctamente han de llevar una vida honrada, sincera y austera. Ello incluye:
- Considerar la vida como sagrada
- Evitar riesgos innecesarios para la propia vida
- Evitar deportes violentos que implican el daño deliberado a otra persona
- Prohíben el aborto o dañar animales por deporte.
- No están permitidas las madres de alquiler ni cualquier procedimiento que tenga que ver con la donación de esperma, óvulos o embriones.
- No comen la carne de animales que no hayan sido correctamente desangrados, puesto que creen que comer sangre es incorrecto
- Por supuesto, está prohibido mentir, robar y el juego. Ha de ser absolutamente honrado en sus acuerdos comerciales.
- En cuanto al sexo, están prohibidos: la masturbación, el sexo fuera del matrimonio, sexo "antinatural" incluso dentro del matrimonio, excesivas muestras públicas de afecto y homosexualidad.
- Aceptan que en algunos casos el divorcio es inevitable, pero volverse a casar no está permitido.
- Fumar y consumir drogas por mero placer está prohibido, puesto que convierten a su consumidor en un esclavo, dañan el cuerpo y son sustancias sucias.
- No se aprueban los arrebatos de violencia o enfado.
- No se aprueba la superstición ni la celebración de festivales profanos o festividades de otras religiones (incluidas las cristianas).
- Se deben evitar todas las formas de entretenimiento que puedan perturbar o atontar la mente, debiendo llenar éstas con pensamientos limpios conseguidos a través del estudio de la Palabra de Dios.
- Todas las razas son iguales ante Dios. Se oponen a cualquier movimiento que anime al odio racial o étnico.
jueves, 12 de mayo de 2011
Los Testigos de Jehová (2)
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