El cuadro del melancólico violinista de Marc Chagall se ha hecho famoso en el mundo entero como “El violinista en el tejado”. El musical de ese nombre, adaptado de una serie de cuentos del escritor judío ruso Sholem Aleichem, se estrenó el 22 de septiembre de 1964 en el Teatro Imperial de Nueva York y agotó las localidades en diversos teatros durante años. La historia transcurre en Anatevka, un pequeño shetl judío de la Ucrania rusa, poco antes de los disturbios revolucionarios de 1905. Tevye, el lechero dueño de un jamelgo cojo, habita con su esposa Golde y sus cinco hijas en una casita atestada; viven en la más amarga pobreza y con un constante miedo a los pogromos. Sin embargo Tevye hace un trato con Dios, desesperado pero ingenioso, y vence a la tragedia con su ingeniosa locuacidad.
Como escribió Maurice Samuel: “La vida es más fuerte que él, pero él sale ganando al debatir con ella”. Al principio, Tevye tiene algo a que agarrarse: “Sin tradición, nuestra vida sería tan insegura como lo está el violinista allí en el tejado”. Pero luego nada resulta como esperaba. Sus hijas se niegan a permitir que su padre les elija esposo y se casan como les place. Las consecuencias son unas escenas conmovedoras de una profunda desesperación y que su padre las repudie. Un edicto del zar pone fin a todo eso. Tevye y su esposa Golde son rechazados por sus hijas. Les niegan los descendientes que tanto ansiaban y ellos, junto con todos los demás judíos de Anatevka son expulsados de sus casas.
Chagall, hijo de un pescadero judío, nació en 1887, en Liozno, cerca de Vitebk, una capital provincial de la Rusia Blanca. Sus primeros años son muy parecidos a lo que se representa en el musical. A la edad de 33 años tuvo sus primeras experiencias en la pintura de decorados y la dirección escénica en el Teatro de Arte Judío de Moscú. En 1941 emigró –igual que había hecho Sholem Aleichem veinticinco años antes- a estados Unidos, donde volvió a trabajar en el mundo del teatro.
El musical “El violinista en el tejado” se remonta a una imagen presurrealista de Chagall. Fue en 1920 cuando pintó esta imagen por primera vez en la pared del auditorio del Teatro de Arte Judío de Moscú, como representación simbólica de la música. De esa forma, el opulento y colorista reino de motivos de Chagall, nutrido en la rica tierra de los mitos judíos y el folclore ruso, se transformó en teatro. Y esta realidad teatral recuerda el destino secular de un pueblo al que siempre han empujado de un lugar a otro. Con frecuencia, frente a tales penurias, lo único que queda en que apoyarse es la fe, junto con la ironía, la humanidad y el ingenio.
viernes, 28 de octubre de 2011
1920- El violinista en el tejado - Marc Chagall
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