La mayoría de los perros nunca llegan tarde a una comida. Saben exactamente dónde estar y a qué hora todos los días. También saben cuándo llegará su amo a casa y, como un reloj, se plantan delante de la puerta esperando que se abra. Cuando vemos ese comportamiento, asumimos que los perros tienen un sofisticado sentido del tiempo. Pero, ¿cómo es de verdad el tiempo para un perro?
Se dice que un año humano equivale a siete años caninos. Pero, ¿nos dice algo esa extendida teoría acerca de la comprensión del tiempo por parte de los perros? En realidad no. La idea de los "años caninos" proviene de la comparación entre la esperanza de vida de los perros con la de los hombres y no sería correcto trasladar esa escala al concepto de percepción temporal.
Para comprender cómo perciben el tiempo los perros, primero debemos saber cómo lo hacemos nosotros, los humanos. Cada persona experimenta el transcurso del tiempo de diferentes maneras en distintos momentos. Albert Einstein explicó una vez el principio de la relatividad de esta manera: "cuando un hombre se sienta con una chica bonita durante una hora, le parece un minuto. Pero haz que se siente sobre una estufa caliente un minuto... le parecerá más largo que una hora. Eso es relatividad".
Aunque la experiencia temporal es relativa para cada persona, todos pensamos en el tiempo de forma muy parecida. Por ejemplo, nuestros recuerdos están estrechamente unidos a la manera en que interpretamos el transcurso del tiempo. Nuestra capacidad para recordar acontecimientos en un orden preciso es fundamental en nuestra memoria y percepción temporal. También somos capaces de predecir cosas. Aunque no todos afirmamos tener poderes psíquicos, todos contamos con que determinadas cosas sucederán en el futuro, aunque sea algo tan sencillo como que el sol saldrá por la mañana. Estas capacidades tienen consecuencias importantes; por ejemplo, la memoria y la predicción nos dotan de un sentido de la continuidad, la historia personal y la autoconciencia.
¿Tienen los perros esas mismas habilidades? Si pudieras meterte en el cerebro de un perro, ¿verías el recuerdo del hueso que estuvo royendo esa misma mañana?
Lo cierto es que las investigaciones sobre la sensibilidad temporal de los perros no abundan, pero podemos extrapolar lo que se ha aprendido tras muchos años de observación y experimentación con otros animales, como roedores, aves o primates. En sus estudios sobre percepción animal del tiempo, el etólogo William Roberts llegó a algunas conclusiones interesantes respecto a los recuerdos y anticipación de los animales. Afirma que los animales están "atrapados en el tiempo", es decir, sin las sofisticadas habilidades mentales necesarias para percibir el tiempo -como dar forma a los recuerdos- los animales viven únicamente el presente. Según Roberts, los animales están "atrapados en el tiempo" porque no pueden "viajar en el tiempo" mentalmente hacia el pasado o el futuro. Los humanos, consciente y voluntariamente, podemos recuperar recuerdos específicos o pensar en el futuro y anticipar acontecimientos. Los animales no.
Para muchos, esta teoría es falaz. Después de todo, ¿no podemos adiestrar a los animales? Y ese adiestramiento ¿no depende de los recuerdos generados por los animales?
Según Roberts, esto no es necesariamente así, al menos según como nosotros entendemos los recuerdos. Los animales pueden ser entrenados para hacer cosas de la misma forma que los niños. De acuerdo con estudios realizados con niños, a la edad de cuatro años los pequeños ya han aprendido muchísimas cosas -gatear, caminar...- pero sin recordar dónde o cómo lo hicieron. En otras palabras, no tienen la habilidad de memoria episódica o de recordar acontecimientos individuales del pasado. Un perro puede saber cómo responder a la orden "siéntate" sin guardar memoria de cómo lo aprendió.
Por supuesto, esto no es todo lo que interviene en el cerebro de un perro cuando predice la hora de llegada de su amo. Los ritmos biológicos intervienen en esto. Los investigadores han descubierto a través de la experimentación con palomas que un "reloj interno" les enseña cuándo y dónde encontrar comida. Del mismo modo, los perros pueden usar los ritmos circadianos -fluctuaciones diarias en las hormonas, temperatura corporal y actividad neuronal- para saber cuándo habrá comida en el bol o la hora aproximada en la que sus amos regresan de trabajar. En lugar de recordar cuánto tiempo media entre comidas o a qué hora se sirve la comida, los perros reaccionan a un estado biológico dado en un momento concreto del día. Y reaccionan a ese estímulo de la misma forma a la misma hora todos los días.
Si los perros no pueden almacenar recuerdos como los humanos, ¿pueden hacer planes para el futuro? Como acabamos de ver, los humanos contamos con dos habilidades muy importantes para ayudarnos a comprender el tiempo: la capacidad de recordar secuencias ordenadas de acontecimientos y de anticipar necesidades o sucesos que tendrán lugar en el futuro. Los estudios muestran que los animales podrían tener también esas capacidades, aunque en menor medida.
Los científicos han investigado las memorias a corto y largo plazo de los animales para ver cómo son de precisas las secuencias de acontecimientos que recuerdan. En los experimentos de memoria a corto plazo, palomas y primates deben recordar lo suficientemente bien una secuencia como para repetirla en el mismo orden y obtener una recompensa. Los animales lo hicieron bastante bien en estas tareas, pero sus recuerdos se desvanecieron muy rápido. Es posible que lo que hicieran es aprender a ir desde el recuerdo más débil al más fuerte en lugar de "aprender" o "recordar" propiamente dicho.
Otros investigadores averiguaron que palomas y simios se las arreglaban bien en tests memorísticos en los que debían recordar una secuencia determinada tras una pausa de tiempo variable entre el aprendizaje y la repetición. Sin embargo, necesitaron muchísimo entrenamiento, sugiriendo que la habilidad de recordar no era algo natural para ellos. Parece que los animales perciben el tiempo de forma diferente a los humanos, cuya memoria temporal es mucho más sofisticada.
Además, los animales no parecen anticipar bien las necesidades futuras, sugiriendo a los investigadores que no tienen el concepto mental de "futuro". Por ejemplo, cuando se les da la opción, palomas y ratas prefirieron una recompensa pequeña pero inmediata que una futura pero mayor.
En una de las pruebas, los científicos presentaban a los primates una elección entre un plátano y dos plátanos. Como se puede esperar, siempre elegían dos plátanos. Pero cuando ambas opciones comenzaban a aumentar en número de bananas, los animales dejaron de tener claras sus preferencias: como no estaban suficientemente hambrientos en ese momento como para comerse 10 plátanos, la mitad de las veces preferían la opción de cinco plátanos sin darse cuenta de que podían guardar el excedente para más tarde, es decir, satisfacían la necesidad inmediata sin planificar para una posible necesidad futura. Esto no es probable que le pase a un humano, que a menudo utiliza el raciocinio y la anticipación.
Pero entonces, ¿qué ocurre con las ardillas, por ejemplo, que acumulan provisiones para los meses de invierno? Tal comportamiento ¿no parece demostrar que los animales sí pueden anticipar necesidades futuras?. Lo más seguro es que no sea así. Varios estudios han averiguado que esos animales no paran de acumular incluso cuando lo ya almacenado desaparece inexplicablemente. Esto podría significar que los animales no entienden por qué recogen comida, lo que ello significa para su futuro o incluso de qué futuro se trata. Simplemente, les empuja el instinto. Los humanos, por el contrario, sí entienden el propósito de sus acciones y son capaces de cambiar de estrategia si los resultados no son los deseados.
Por tanto, si los animales están "atrapados en el tiempo", como sugiere Roberts, los humanos serían los únicos seres vivos capaces de comprender el tiempo. Es tu elección si prefieres ignorar ese hecho o tratar de aprender algo del espíritu canino de "vivir el momento".
sábado, 19 de marzo de 2011
¿Perciben los perros el tiempo?
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2 comentarios:
O.O GRACIAS, MUY UTIL
No se a que se deba pero mi cachorro de 9 meses sabe cuando es sábado aveces intento salir temprano los días sabados como si fuese a trabajar y se pone a llorar a mirar a la puerta queriendo salir a pasear ya que entre semana esos días de lun a vier el no llora se porta normal en su cama y los sábados comienza a llorar a mirar la puerta...y hay días q e faltado al trabajo entre semana x algo y el normal.. me causa mucha risa
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