Tres, todo el mundo lo sabe: sólido, líquido y gaseoso.
En realidad, el número se aproxima a quince, aunque la lista aumenta casi cada mes. Hagamos una selección:
Sólido, sólido amorfo, líquido, gas, plasma, superfluido, supersólido, materia degenerada, neutrónica, materia fuertemente simétrica, materia débilmente simétrica, plasma quark-gluon, condensado de Fermi, condensado de Bose-Einstein, materia extraña…
Sin entrar en lo insondable (y, para la mayor parte de los casos, innecesario), uno de los estados más curiosos de la materia es el condensado de Bose-Einstein.
Un condensado de Bose-Einstein o “bec” se da cuando enfrías un elemento a temperaturas extremadamente bajas (generalmente una pequeña fracción de un grado sobre el cero absoluto, -273 ºC, la temperatura teórica a la que cesa todo movimiento). Cuando se da esta situación, empiezan a pasar cosas curiosas. Comportamientos que normalmente sólo se detectan a nivel atómico, hacen su aparición a escalas lo suficientemente grandes como para verlos a simple vista. Por ejemplo, si ponemos un “bec” en un vaso de precipitado y nos aseguramos de mantener la temperatura, comenzará, literalmente, a trepar por el vaso y desbordarlo. Esto, aparentemente, es un inútil intento de reducir su propia energía –que ya está en su nivel más bajo posible-.
El condensado Bose-Einstein fue predicho a nivel teórico por Einstein en 1925 tras haber estudiado el trabajo de Satyendra Nath Bose, pero no se consiguió alcanzarlo en el laboratorio hasta 1995 en Estados Unidos, un trabajo por el cual sus creadores fueron galardonados en 2001 con el premio Nobel. El manuscrito de Einstein no fue redescubierto hasta 2005.
lunes, 18 de junio de 2012
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2 comentarios:
"El condenado Bose-Einstei"
Esto es una errata ¿no?
Mea culpa. Errata solucionada! Gracias
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