Según cuentan los franceses, el primer restaurante en el sentido moderno del que se tiene noticia abrió sus puertas en París en 1765, cuando un mesonero apellidado Boulanger abrió una casa de comidas y colocó un letrero a su puerta en el que se leía, en latín vulgar, la siguiente recomendación: Venite ad me omnes qui stomacho laboratis et ego restaurabo vos (“Venid a mi casa hombres que tenéis el estómago débil y yo es restauraré”).
La frase tuvo repercusión y, desde entonces, las casas de comidas pasaron a llamarse restaurantes, y los cocineros, restauradores. Por cierto, según el Libro Guinness de los Récords, el restaurante más antiguo del mundo aún en funcionamiento es Casa Botín, de Madrid, que fue fundado en 1725.
sábado, 12 de noviembre de 2011
El primer restaurante
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