sábado, 16 de febrero de 2013
¿Qué pasa si me introduzco en un acelerador de partículas?
Bueno, nunca es buena idea permanecer cerca de una máquina que (en teoría) puede generar un agujero negro, pero los imanes que dirigen el haz de protones a lo largo del acelerador de partículas más poderoso de toda la Tierra probablemente te protegerían del exceso de radiación. Aunque también existe la posibilidad de que unos 300.000 millones de protones pudieran escapar del mecanismo y matarte.
Aunque los dos haces opuestos del GCH (Gran Colisionador de Hadrones, cerca de Ginebra, Suiza), viajan con una protección aislante por conductos de 27.3 km de longitud y 5 cm de ancho que consiguen un vacío prácticamente perfecto, algunos de estos protones –miles de millones en potencia-, inevitablemente se escapan del trazado. Cuando esto ocurre, se estrellan contra los imanes que dirigen y focalizan el haz, o golpean otros componentes, como moléculas de gas o protones. Estas colisiones generan una nube de partículas radiactiva secundarias y llenan el túnel con un campo de radiación equivalente al de un escáner de tomografía de cuerpo entero. No se trata de una cantidad de radiación peligrosa si nos exponemos a ella durante unos minutos, pero si tu intención es pasar un día entero en el GCH, es muy probable que sufras daños celulares.
Pero, ¿y si los ingenieros pierden el control mientras yo estoy dentro?
Hay algo que deberíamos dejar claro. Las estrictas medidas de seguridad del GCH garantizan la imposibilidad de deambular por el túnel mientras los rayos están en movimiento. Pero supongamos que posees la habilidad de un desquiciado ninja y te las arreglas para penetrar en él. Mal asunto. Si los ingenieros pierden el control, estás frito. El haz tiene solo 1 mm de grosor, pero contiene 320.000 millones de protones moviéndose casi a la velocidad de la luz, lo cual les proporciona la misma aceleración que la de un tren de 360 toneladas a una velocidad de 154 km/h. Se estrellarían contra los imanes y desencadenarían una fatal cascada de partículas de alta energía y radiación.
Y esto solo en el caso de que te hallaras cerca de un haz en movimiento. Si realmente te interpusieras en su camino te haría un buen agujero. Un cuerpo humano no lo resistiría.
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