lunes, 29 de diciembre de 2014
El Opus Dei - El legado de Escrivá de Balaguer
El Opus Dei es un instituto de sacerdotes y laicos fundado en 1928 por el hoy beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Para sus adeptos, se trata de una organización de cristianos de toda clase y profesión reunidos para vivir las virtudes cristianas con intensidad. Para sus detractores, si la religión fuera el opio del pueblo, el Opus Dei sería heroína pura: una secta opresiva, elitista, materialista y sexista que se halla en decadencia.
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sábado, 27 de diciembre de 2014
Toyo Ito – De la evanescencia a la solidez
Toyo Ito ha sido capaz de proyectar edificios con los elementos más sutiles e inaprensibles de la naturaleza. La evanescencia del viento, la transparencia del agua y sus reflejos, los flujos líquidos o los destellos luminosos. Estos fenómenos y elementos naturales son metáforas y evocaciones que necesariamente se expresan en la arquitectura a través de la corporeidad del aluminio, la nitidez del cristal e, incluso, con la solidez del acero o el hormigón, que ejercen sus funciones de esqueleto estructural sustentante.
La de Toyo Ito es una arquitectura conceptual que evoca la desmaterialización del edificio, la

Toyo Ito nació en 1941 en Seúl (Corea del Sur) y se graduó en arquitectura en la Universidad Nacional de Tokio en 1965. Recibió la herencia de las utopías tecnológicas del grupo Metabolista japonés, la enseñanza estructural de Arata Isozaki y el rigor constructivo de Kazuo Shinohara. Su arquitectura funde la alta tecnología con el concepto tradicional japonés de la luz y la penumbra, la búsqueda de la transparencia y lo translúcido, la pureza arquitectónica lograda con exquisita sensibilidad nipona.

El arquitecto japonés cerró el siglo XX con el legado de una obra que se ha convertido en una


Esa consideración de que el árbol es el esquema radical de toda arquitectura ha derivado en muchas


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¿Cuánto puede sudar el cuerpo humano antes de deshidratarse?
Depende del tamaño, de la condición física y de la hidratación de la persona en cuestión, pero es posible sudar mucho antes de que se produzca un golpe de calor y nos vayamos al otro barrio.
Después de todo, tenemos unos tres millones de glándulas sudoríparas en nuestro cuerpo (la mayor concentración se halla en la palma de las manos), y una persona normal que está trabajando duramente transpira entre 0.7 y 1.5 litros en una hora. De hecho, si nos conectaran a una cinta de correr y nos suministraran líquido de forma regular, podríamos estar sudando eternamente.
La gente muy activa suele sudar entre 1.5 y 1.8 litros en una hora, mientras que un triatleta puede

En el Ironman Hawaii, los participantes transpiran unos 15 litros mientras corren en la maratón, nadan 3.9 km y pedalean 180,2 km. Tras perder entre un 3 y un 5% de nuestro peso corporal, el proceso de transpiración comienza a ralentizarse. Se ha demostrado que el cuerpo humano continúa sudando por mucho que se haya deshidratado. Mientras el hipotálamo siga enviando impulsos a las glándulas sudoríparas, seguiremos transpirando. Si se interrumpe el proceso, entonces es que algo muy grave está pasando.

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domingo, 21 de diciembre de 2014
La Hipótesis Gaia – La Tierra, un sistema vivo autorregulado
En 1972, el científico británico James Lovelock y la bióloga estadounidense Lynn Margulis expusieron la llamada Hipótesis Gaia, según la cual, nuestro planeta se comporta como un ecosistema gigantesco en el que la comunidad biótica y las características físicas y químicas del entorno interaccionan y evolucionan al unísono. La Tierra, por tanto, no es un mero soporte para que la vida se manifieste, sino un todo hermosamente vivo.
Vista desde el espacio, con toda su brillante belleza destacando sobre el oscuro fondo del infinito, la

Esta diferencia, vista a través de otras radiaciones de onda que el ojo no percibe, es aún mayor. Por ejemplo, la salida de radiación infrarroja, es decir, su pérdida de calor, es menor de lo que cabría esperar de un planeta que ocupara esa posición en el Sistema Solar o de un mundo que no fuese más que un conjunto de rocas desnudas. La Tierra parece tener una atmósfera que retiene la cantidad justa de calor para que la vida en ella sea posible.
A principios de los años sesenta, la NASA solicitó la colaboración de James Lovelock, un científico británico interdisciplinar que, en su faceta de físico, realizó importantes trabajos, como el de la detección de concentraciones extremadamente pequeñas –trazas- de sustancias químicas mediante

La NASA solicitó la ayuda de Lovelock para intentar averiguar la existencia de vida en Marte. Lovelock sugirió que para ello bastaría con analizar la composición química de la atmósfera del planeta, ya que el aire de un planeta muerto tiene una composición cercana a lo que se llama estado químico de equilibrio, es decir, un estado en el que todas las reacciones químicas posibles entre los gases han ocurrido ya.
Un planeta que tuviera vida –como el nuestro- tendría una atmósfera muy distinta, puesto que los organismos vivos están obligados a utilizar el aire como fuente de materia prima y como depósito de sus productos residuales. Esta utilización del aire es posible gracias, precisamente, a un estado de desequilibrio en el que los gases oxidantes –como el oxígeno o el dióxido de carbono-y los reductores –como el metano y el hidrógeno- forman una mezcla altamente reactiva con una gran cantidad de

Lovelock sabía que la atmósfera de la Tierra era una mezcla de gases, inestable y extraordinaria, cuya composición se había mantenido constante durante grandes periodos de tiempo. Partiendo de este dato, comenzó a preguntarse si sería posible que el planeta no sólo hiciera la atmósfera, sino que también la regulara, manteniéndola en una composición constante y favorable para los organismos. La hipótesis Gaia comenzaba a gestarse.

La hipótesis considera, además, que la evolución de los organismos está tan estrechamente relacionada con la evolución de su medio ambiente físico y químico que ambas forman un único proceso evolutivo. Por tanto, las rocas, el aire y los océanos no son producto sólo de la geología, sino también una consecuencia de la presencia de la vida.
A través de la incesante actividad de los organismos vivos, las condiciones fisicoquímicas del planeta

Una de las analogías que más ayudan a explicar Gaia es la que propuso el físico estadounidense Jerome Rothstein durante una conferencia titulada “¿Es la Tierra un organismo vivo?, celebrada en 1985. Para Rothstein, la forma que todos reconocemos como viva más parecida a Gaia es la secuoya (Sequoia gigantea). Estos árboles son verdaderos gigantes de lignina y celulosa, capaces de alcanzar 100 metros de altura y más de 2.000 kilogramos de peso. Las secuoyas, que, en ocasiones, cuentan con más de 6.000 años de edad, son una de las especies más grandes y longevas que puedan admirarse como un organismo vivo completo.
La secuoya, sin duda, está viva, pero más del 95% de su madera está muerta. Sólo una fina capa

Además, a excepción de un escaso 1%, los gases del aire son enteramente producidos por los organismos vivos de la superficie terrestre. Al igual que la corteza de una secuoya, que crece para proteger y mantener a las células vivas del árbol, el aire ha aumentado en composición para sustentar un clima y un medio ambiente químico favorables para la vida.
La hipótesis de Lovelock no se entiende si no es desde una perspectiva holística en la que el todo es

Como consecuencia, para Lovelock nace una nueva ciencia adaptada a las necesidades de Gaia: la

Sin embargo, pocos científicos comparten el punto de vista de Lovelock. El argumento contrario es que los procesos geológicos producen, independientemente, condiciones favorables para la vida, la cual simplemente se adapta a estas condiciones.

Lovelock ha llenado los últimos años de su vida pensando, sintiendo e incluso gozando del

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lunes, 15 de diciembre de 2014
Si el Sol desapareciera, ¿durante cuánto tiempo quedaría vida en la Tierra?
Si el Sol se “apagara” (lo que es físicamente imposible), la Tierra seguiría caliente –al menos en comparacion con el universo que la rodea- durante algunos millones de años más. Pero nosotros, los habitantes de la superficie, sentiríamos el frío mucho antes.
En una semana, la temperatura global de la superficie de la Tierra bajaría hasta los -17,8ºC. En un

Aunque algunos organismos que viven en la corteza terrestre sobrevivirían, gran parte de la vida solo disfrutaría de una corta existencia postsolar. En la oscuridad, la fotosíntesis no podría producirse, y la mayoría de plantas se morirían en unas semanas. Los árboles más grandes, sin embargo, podrían sobrevivir varias décadas, gracias a su lento metabolismo y a sus sustanciales reservas de azúcar. Con la base de la cadena alimentaria fuera de combate, la mayoría de los animales morirían enseguida, pero los carroñeros que se alimentaran de los restos muertos aun podrían sobrevivir hasta que el frío los congelara.

Por supuesto, el Sol no solo calienta la Tierra; también mantiene al planeta en órbita. Si su masa desapareciera de repente (lo que es igualmente imposible, por cierto, porque, ¿adónde iría?), el planeta saldría disparado, como una bola atada a una cuerda que se suelta de repente.
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jueves, 11 de diciembre de 2014
Los materiales de construcción – Una variedad creciente
Frank Lloyd Wright decía que “para el artista creador cada material expresa su propio mensaje”. Para comprender ese mensaje, es necesario meditar sobre las propiedades de cada uno de ellos hasta empaparse de su peculiar modo de ser y de expresarse, porque cada uno representa un mundo diferente y específico.
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viernes, 5 de diciembre de 2014
La colección de arte de los Wildenstein
Muchos coleccionistas de arte están siempre dispuestos a presumir de sus adquisiciones, pero este no es el caso de la familia Wildenstein. Estos multimillonarios franceses guardan celosamente todos los detalles relacionados con su colección –que han ido reuniendo durante más de un siglo-, a pesar de ser la familia más famosa en el mundo del arte.
La relación con el arte de esta dinastía la inició Nathan Wildenstein en la década de 1870. Era un

Hace tiempo que la familia está considerada la más importante proveedora de obras de arte entre las galerías y museos más destacados del mundo, pero hay muy pocos detalles sobre el conjunto (y ubicación) de su colección. Se dice que podría estar repartida entre Nueva York, París, Londres, Buenos Aires y Tokio, y que podría constar de unas 10.000 obras.
Los cálculos previos al divorcio entre Alec Wildenstein (nieto de Georges) y su esposa Jocelyn (más conocida por sus horripilantes intentos de transformarse en felino a través de la cirugía plástica)

En los últimos años, durante las batallas legales entre miembros de la familia, han salido a la luz algunos detalles más sobre la colección, y en 2011 una redada en el Instituto Wildenstein de París descubrió obras que constaban como robadas o desaparecidas. Como resultado, los Wildenstein estuvieron expuestos a un nuevo escrutinio, pero es improbable que el público llegue a ver su increíble colección en un futuro próximo.
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