Por extraño que pueda parecer, la moneda americana tiene su origen en el valle de San Joaquín, en Bohemia, una región que en el siglo XVI era la más grande de Checoslovaquia.
La historia se remonta a 1518. Sorprendido por la tempestad, un señor del lugar se refugia precipitadamente en la primera cueva que encuentra. Y, ¡milagro! Descubre una mina de plata. En esa época el poderoso Carlos V refuerza su dominio sobre un vasto territorio. Emperador germánico, rey de España con el nombre de Carlos I), príncipe de los Países Bajos y rey de Sicilia, autorizó al señor del valle a acuñar las piezas de plata que se llamaron Joachimsthaler (thal significa valle en alemán).
Pero el emperador se arrepintió y sencillamente retiró al señor local el privilegio generosamente

De este modo, al haber entroncado con España, la casa de Habsburgo reinó sobre gran parte de América del Sur, vasto territorio escenario de las hazañas de los conquistadores. Éstos llegan a América con un tálero (thaler) que hacen acuñar en México y Perú. Igual que los holandeses habían transformado la pronunciación de thaler en daler, en América del Sur el tálero se convirtió en tólar, y rápidamente en su forma actual, dólar. Con el tiempo, ese nombre se dio a cualquier moneda, incluso en América del Norte, donde se utilizaba la expresión Spanish dollar (dólar español).

En 1785, más de dos siglos después del desembarco del tálero en las colonias españolas de América del Sur, el Gobierno norteamericano decidió acuñar su propia moneda y, naturalmente, la llamó dólar. El Spanish dollar o piece of eight se siguió utilizando en América del Norte hasta 1794, cuando los distintos estados se pusieron de acuerdo para acuñar y poner en circulación las nuevas monedas. Desde el valle de San Joaquín en Bohemia hasta después de la guerra de la Independencia norteamericana (1775-1783), el thaler se había convertido en dólar tras un interesante recorrido.
Veamos ahora las razones que motivaron el nacimiento y utilización del signo del dólar. Para empezar, una precisión: este signo ($) sólo lleva una barra vertical, y no dos como se suele ver todavía en muchos documentos y anuncios. Un detalle que tiene su importancia cuando tratamos de saber el verdadero origen del símbolo.
Curiosamente, el dibujo que representa la palabra dólar es una especie de S mayúscula cruzada por

Algunos historiadores americanos han propuesto la teoría del P8 como abreviatura de la famosa piece of eight. Se escribiría entonces 200 P8 por 200 dólares, que se convertiría en un 8 superpuesto a la P, que se habría confundido con una S y la barra vertical de la P. Esta tesis, demasiado compleja, tiene el mérito de inscribirse en la continuidad histórica del dólar, cuyo signo que hoy conocemos ya se utilizaba claramente mucho antes de la declaración de independencia norteamericana (1776).

Descendiente en línea directa del tálero de los Habsburgo a través de la valija de los conquistadores Cortés y Pizarro, el dólar se extendió rápidamente y también lo hizo su representación simbólica, apoyada en la abreviatura PS de pesos. Muy verosímil, pues el Spanish dollar, la piece of eight y el peso tenían el mismo valor de cambio, la misma utilidad y una total equivalencia, y los tres términos expresaban una realidad concreta e intercambiable. Probablemente se diría 200 thalers o táleros (después, tólares o dólares) y se escribiría quizá 200 P8, después 200 PS y $. Se trataba de la misma cantidad: 200 unidades de cuenta representadas por el signo $.
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