Cuando el velocista jamaicano Usain Bolt estableció el record mundial de los 100 metros lisos en los Juegos Olímpicos de Pekín, se movió a unos increíbles 37 km/h. Pero el hombre más rápido del mundo se tendría que mover a velocidades de autopista para pasar del tartán a la ola.
Un adulto humano tendría que correr a casi 112 km/h para evitar sumergirse. Pero no solo se trata de

Si tenemos en mente una excursión menos ajetreada, podemos intentarlo con una especie de “zapatos para caminar sobre las aguas”, diseñados por Wavewalk en Massachusetts. Son botas parecidas a un kayak que miden 2.8 m y permiten flotar sobre al gua como unos esquíes. Pero no esperes batir ningún record.
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