martes, 7 de mayo de 2013
¿Qué mamífero africano es el más peligroso para el hombre?
El hipopótamo.
Por desgracia, a los hipopótamos les gusta holgazanear en las corrientes suaves de agua dulce rodeadas de pasto… el mismo hábitat que buscan los seres humanos. La mayoría de los accidentes suceden o bien porque un hipopótamo sumergido es golpeado sin querer por el casco de una embarcación o por el remo de quien la maneja, o bien porque el animal se topa con alguien cuando sale por la noche a pastar. Ser aplastado por un hipopótamo furioso no es una forma muy digna de morir.
Los hipopótamos son los miembros de mayor tamaño de la familia de los cerdos y se dividen en dos especies: el común y el pigmeo. El primero es el tercer mamífero terrestre en tamaño, sólo superado por los elefantes africano y asiático.
No hay muchos animales tan estúpidos como para atacar a un hipopótamo. Son bestias muy irritables, especialmente cuando tienen crías. Liquidan a los leones arrastrándolos hasta aguas profundas y ahogándolos y de los cocodrilos partiéndolos por la mitad. Sin embargo, su dieta es estrictamente vegetariana así que sus agresiones responden exclusivamente a motivos defensivos.
La piel del hipopótamo pesa una tonelada, un 25% del peso total del animal. Tiene un grosor de cuatro centímetros, lo que les convierte en seres blindados contra la mayor parte de los rifles. Exuda un fluido aceitoso de color rojo que les protege de la deshidratación y que solía confundir a la gente haciéndole pensar que sudaban sangre. Y si te encuentras frente a frente con uno, no te engañes: pese a su tamaño y peso, pueden fácilmente correr más que un hombre.
Además de las ballenas y los delfines, los hipopótamos son los únicos mamíferos que se aparean y dan a luz bajo el agua. Pueden cerrar sus orificios nasales, aplastar sus orejas y permanecer completamente sumergidos hasta cinco minutos.
Los hipopótamos tienen un aliento criminal. Cuando parece que bostezan, en realidad están inundando su entorno con una halitosis horrible que avisa a quien esté cerca de que se ande con cuidado. No es un mal aviso: los colmillos de un hipopótamo están muy afilados y, aunque sólo tienen cuatro dientes, uno de sus mordiscos puede seccionar fácilmente una extremidad humana.
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