domingo, 28 de junio de 2009

Sai Baba-¿el hombre de los milagros?


Se dice que siendo un niño, Sri Satya Sai Baba, de Puttaparthi, cerca de Bangalore, al sur de India, tenía la asombrosa capacidad de sacar dulces de una bolsa vacía. En 1940, a los 13 años, fue picado por un escorpión y a partir de entonces pareció dotado de poderes psíquicos cada vez mayores. El gurú, ahora conocido como Sai Baba, asegura ser la reencarnación de un obrador de milagros hindú llamado Sai Baba de Shirdi, muerto en 1918. Se calcula que los seguidores de Sai Baba rondan los 6 millones, aunque éstos afirman ser más de 50 millones.

A Sai Baba se le ha visto materializar en las puntas de sus dedos grandes cantidades de vibhuti o ceniza sagrada; sacar objetos con forma de huevo de su boca; producir de la nada objetos de oro, joyería, alimentos, fotografías y monedas; convertir agua en gasolina o en otros líquidos; hacer que flores arrojadas al azar al suelo formen palabras perfectas; y hacer que aparezcan estatuas en la arena. Sus seguidores dicen que resucitó a un hombre que había estado muerto durante tres días, y regularmente practica curaciones en persona o a distancia. Asegura poseer un conocimiento telepático completo de todas las actividades de sus devotos. Aun cuando Sai Baba no lee libros ni medita y tiene poca educación formal, cita la Biblia, el Corán, a Sócrates, a Immanuel Kant y a Karl Marx, así como antiguos escritos hindúes.

Los investigadores señalan que los milagros de Sai Baba suelen producirse entre gente anclada en la superstición y con creencias en lo sobrenatural, y que sus seguidores exageran o mienten para promover a su maestro. Dale Beyerstein, biofísico de la Universidad Simón Frazer de Vancouver, refutó las aseveraciones del gurú en una serie de artículos titulados “Sai Baba´s Miracles: An Overview” en el Indian Skeptic, durante 1992-1993. Descartó la conciencia telepática de Sai Baba respecto a sus seguidores y demostró que su supuesto conocimiento profundo de todos los temas está a menudo equivocado. Su poder de resucitar a los muertos no tiene base, y algunos afirman que sus trucos son conocidos por todos los magos.

Basava Premanand, antiguo devoto de Sai Baba y presidente del Comité Indio para la Investigación Científica de Casos Paranormales, ha pasado varios años investigando a los santones indios y puede duplicar más de 1.200 hazañas atribuidas a Sai Baba y a otros. Desde 1978, Premanand viene ofreciendo una recompensa de 100.000 rupias a cualquier persona que pueda demostrar una habilidad sobrenatural, psíquica o paranormal bajo condiciones de riguroso estudio científico. Nadie ha osado hacer frente a tal desafío.

miércoles, 24 de junio de 2009

El bumerán


La palabra bumerán se asocia a aborígenes australianos cazando canguros con un instrumento arrojadizo que regresa a sus manos. Sorprendentemente, el origen del objeto y de su empleo como arma son, cuando menos, controvertidos. En cambio, no admite dudas que ha sido en Australia donde su uso ha tenido más continuidad a lo largo del tiempo, hasta convertirse en una seña de identidad nacional.

De hecho, la palabra bumerán es de origen australiano. Cuando el capitán Cook llegó al continente en el siglo XIX, su primer contacto fue con el pueblo turuwal, cuyos miembros lanzaban un objeto curvado que describía un arco, antes de regresar a sus manos. Mientras permanecía en el aire, gritaban “boom-ma-rang” (“vuelve, bastón”). Algunos estudios antropológicos, en cambio, atribuyen el nombre a una deformación del término aborigen boomari, que significa viento.

El debate sobre si el bumerán nació en Australia es antiguo. Una tesis doctoral ya clásica sobre el tema es la de J.E.J.Lenoch, publicada en Viena en 1949 bajo el título Bastones arrojadizos y bumerán. En ella, se diferencia entre palos de madera que se lanzan y verdaderos bumeranes. Los mismos aborígenes australianos usaban el kylie para cazar, un artículo que volaba en línea recta hasta doscientos metros. El bumerán, en cambio, se reservaba para uso ritual, de exhibición en fiestas.

Según los etnólogos Winckler y Bork, el bumerán primitivo fue un invento babilónico que se propagó a Europa, África, la India y, desde allí, a Australia. El instrumento de ida y vuelta más antiguo que se conoce, hecho de colmillo de mamut, se encontró en la cueva de Olazowa, en los Cárpatos polacos y tiene más de 18.000 años de antigüedad. Los investigadores lo probaron ¡y todavía funcionaba! En el Antiguo Egipto se usaban diferentes artilugios arrojadizos de madera desde el 1.340 A.C. En Europa Occidental los godos usaban un palo de madera que retornaba a su dueño y era usado para cazar pájaros.


San Isidoro Hispalense, arzobispo de Sevilla en el siglo VI, señaló asimismo la existencia de mitos griegos que ya hablan de armas que se lanzan y regresan, como la clava de Hércules, con un extremo más grueso que el otro y rematada en metal. Los galos también emplearon algo parecido, bautizado como cateia por Horacio y que volvía a la mano del lanzador.

Sin embargo, mientras en el resto del mundo la invención del arco y la flecha sustituyó al bumerán y otros ingenios arrojadizos, en Australia se siguió utilizando. Lo cierto es que los bumeranes normalmente no regresaban. Estaban fabricados de dura madera de acacia, algunos encorvados como picos.

Y en cuanto a su uso para cazar, no eran canguros sus objetivos como alguien podría pensar. Reflexionemos. Como hemos dicho, la mayoría de los bumeranes no están hechos para que regresen. Son ligeros y rápidos. Incluso los más grandes no serían capaces de dar a un canguro adulto de 80 kilos algo más que un dolor de cabeza y, en el caso de que, por suerte, lo abatieras, ¿para qué quieres que regrese? De hecho, en la mayor parte de las ocasiones, no servían como armas arrojadizas, sino que se usaban para imitar el vuelo de los halcones y asustar a los pájaros hacia las redes que se habían dispuesto colgando de los árboles. Hay quien dice que mientras que algunos se diseñaban para rodar por el suelo y así romper las patas del animal. Inmovilizados de ese modo, podían matarlo, mientras otro podía ser atraído hacia el mismo destino. Además de su utilidad para cazar, el bumerán también se usó para cavar, hacer palanca o cortar, aparte de cómo instrumento musical o ceremonial.

Así que, después de todo, ¿por qué vuelven los bumeranes? La respuesta simple a esta pregunta es que la mayoría de los bumeranes no regresan y nunca se pretendió que lo hicieran. Los aborígenes australianos hicieron el bumerán para cazar y combatir más que para deporte o juego, así que en la mayor parte del continente australiano no hicieron el llamado bumerán de retorno. Para ellos el verdadero retorno de arrojar el bumerán llegaba en forma de comida fresca o de un enemigo abatido.

Ahora bien, los bumeranes que sí regresan –que los hay- operan por una combinación de efectos aerodinámicos y giroscópicos. Modernos o antiguos, todos los bumeranes constan de dos palas en ángulo, siendo el centro de masas el punto en el que se junta. Éste debe estar perfectamente equilibrado con las palas. Así, un bumerán es básicamente un ala rotatoria con dos o más hojas en forma de plano aerodinámico. Se arroja con su plano de rotación a unos 20 grados respecto a la vertical y de modo que gire rápidamente (lo habitual son unas diez revoluciones por segundo), con las hojas de arriba viajando en la dirección del movimiento general. Por tanto, la hoja de arriba se mueve a través del aire más deprisa que la de abajo. Las hojas que se mueven más rápido generan más fuerza propulsora que las que se mueven más despacio. Esto produce una fuerza total en la dirección del giro, más un par de torsión girando.

La rotación del bumerán hace que se comporte como un giroscopio. Cuando se produce el par de torsión girando, el efecto giroscópico hace que el bumerán gire (o precese) alrededor de un eje diferente, casi vertical. Esto cambia continuamente el plano de rotación del bumerán, que se desplaza siguiendo un arco que vuelve al que lo lanzó.

En las manos de un novato, el boomerang puede transformar un tranquilo parque público en una escena de una película de catástrofes. Pocas cosas provocan más ansiedad que la visión de un jovencito disponiéndose a lanzar su nuevo boomerang sin tener la menor idea mientras su nueva novia y su sacrificado perro labrador miran desde atrás sabiéndose a salvo puesto que el mortal instrumento nunca regresará a las manos de su dueño.

Para conseguir un buen lanzamiento debe soplar un viento suave y constante. De lo contrario, puede no retornar al punto de partida. Con el viento de frente, se lanza desde la altura de la cabeza y por encima el hombro, en línea recta o con un efecto aproximado de diez grados. Por cierto, hay bumeranes para diestros y zurdos, con las palas inclinadas de distinta forma. Hay que verificar de qué tipo es el nuestro, si no queremos acabar con un buen chichón.

domingo, 21 de junio de 2009

Los tres hijos de Adán y Eva



Por supuesto, todo el mundo conoce a Caín y Abel, pero ¿Y Set? Y deberíamos prestarle más atención de lo que la Biblia hace, puesto que, al fin y al cabo, es el antepasado de todos nosotros.

Empecemos con Caín y Abel. En el libro del Génesis, Caín es un agricultor cuya ofrenda de frutos de la tierra es considerada inaceptable por Dios. Su hermano Abel, un pastor, brinda uno de sus mejores animales, lo que merece un comentario favorable por parte de Dios. Enfurecido por los celos, Caín atrae a su hermano hasta un campo y lo asesina. Cuando Dios le pregunta por el paradero de Abel, Caín le contesta con su famosa pregunta retórica: “¿acaso soy el guardián de mi hermano?”.


Como Caín había profanado el suelo con la sangre de Abel, lo que enfurece a Dios, éste ordena que no obtendrá más frutos de él, condenando al fratricida a una vida nómada. Caín teme que su vida de vagabundeos lo haga blanco de los odios xenófobos: “Cualquiera podrá matarme al verme”. Así, Dios pone en él la “marca de Caín” –probablemente un tatuaje- que le proteja de posibles atacantes. Así, Caín se marcha para establecerse al este del Edén, en la tierra de Nod. Es de resaltar el hecho de que la “marca de Caín” no pretendía señalarlo como asesino –tal y como suele interpretarse- sino protegerlo de otros asesinos.

De todo esto surgen varias preguntas. Si los únicos individuos en el mundo en aquel momento eran Adán, Eva y Caín, ¿de quién tenía miedo este último? Y cuando se convierte en el padre de Enoch, ¿de dónde sacó la esposa? Debió haber sido una de las hijas sin nombre de Adán y Eva que, junto a otros hijos igualmente desconocidos, se mencionan en Génesis 5:4. Pero, ¿qué estaban haciendo en la tierra de Nod? De cualquier modo, entre los descendientes de Caín se encuentran el primer bígamo, Lamech; el primer músico, Jubal; y el primer herrero, Tubalcain.


¿Por qué rechazó Dios la ofrenda de Caín? Probablemente haya algo del relato original que se ha perdido: el sacrificio de Caín podría haberse llevado a cabo de una forma extraña o inaceptable para los judíos. Alguna puntualización posterior en el Nuevo Testamento añade más información. En el evangelio de San Juan se lee que Caín mató a Abel “porque sus propias obras eran malvadas y las de su hermano virtuosas”. ¿O fue tal vez que Dios simplemente “eligió” a Abel en una especie de predestinación calvinista de acuerdo con la cual se elige a ciertos individuos para la salvación y condena a otros según su inescrutable voluntad? ¿O, desde un punto de vista antropológico, se trata de un reflejo de la simpatía de los primeros judíos hacia la agricultura sedentaria en lugar de la actividad ganadera y nómada?

Y a todo esto, ¿qué pasa con Set? Adán lo engendra a la edad de 130 años, para que ocupe el lugar de Abel. Y aunque Abel fuera más tarde interpretado como una especie de figura equivalente a Cristo (puesto que ambos eran buenos pastores cuya sangre fue vertida injustamente), la genealogía del propio Jesús se remonta a Adán y Eva, pero a través de Set (Lucas 3:38). Parece que Abel murió antes de tener la oportunidad de engendrar descendientes (la Biblia no los menciona y trazar la genealogía de Cristo a través del fratricida Caín (o alguno de sus hermanos anónimos) hubiera sido inconcebible. De hecho, en una de las interpretaciones judaicas del Génesis, Set es contemplado como el primogénito de Adán y Eva.

Resulta irónico que, a diferencia de Caín, el fratricida, o Abel, la primera víctima de la violencia, Set continúa siendo un personaje amorfo y sin personalidad, un hombre sin historia, casi sin existencia. Su nombre parece que significa “el sustituto”, al ser enviado por Dios a Adán y Eva para que ocupara el lugar de su malogrado hijo. Y así, nosotros también tendemos a mirarlo como un segundón.

Como todos los patriarcas, Set recibió unos genes extraordinarios: tuvo un hijo, Enos, a los 105 años y llegó a vivir 912 (sólo 18 menos que Adán). Y eso es todo. Ni siquiera sabemos qué profesión o actividad desarrollaba. Si tenemos en cuenta que de él desciende toda la raza humana, quizá no necesitara hacer nada más.

miércoles, 17 de junio de 2009

Los Juicios de Dios


El sacerdote y el reo entraron juntos en la iglesia y se acercaron al altar, donde había un caldero con agua hirviendo y una piedra en su interior. Aquel hombre estaba acusado de robar y asaltar a un vecino, pero negaba firmemente ambas acusacions y nadie había podido reunir pruebas que demostrasen concluyentemente su inocencia o su culpabilidad. Para zanjar definitivamente la cuestión, el reo sería sometido a una ordalía denominada “calda”.

Silenciosamente, los testigos entraron en la iglesia. Los que estaban de parte del acusado se colocaron a la izquierda del caldero y los que estaban en contra a la derecha. Durante los tres últimos días el prisionero había asistido a misa y no había comido más que pan, agua, sal y hierbas. Su destino estaba en manos de Dios. La gente creía que Dios intervendría para impedir que se cometiera una injusticia.


El sacerdote roció a los testigos con agua bendita y les hizo besar un crucifijo. Los testigos permanecieron en silencio y rogaron a Dios para que se hiciera justicia. A continuación, el acusado sumergió el brazo hasta el codo en el agua hirviendo y sacó la piedra. Por un delito menor sólo habría tenido que sumergir la mano hasta la muñeca.

El cabo de tres días le quitarían el vendaje. Si estaba manchado o tenía pus –signo de impureza-, era que Dios lo consideraba culpable. Entonces, un tribunal especial le impondría el castigo. Pero si las quemaduras se estaban curando deprisa, el reo sería declarado inocente. Otros tipos de ordalía consistían en caminar sobre rejas de arado candentes o sujetar con las manos una barra de hierro al rojo vivo.



La ordalía o Juicio de Dios era una institución jurídica mediante la cual se determinaba, atendiendo a supuestos mandatos divinos, la culpabilidad o inocencia de un acusado sometiéndole a un proceso doloroso. Su curación o muerte indicarían si era culpable o no. Su práctica era muy anterior a la Edad Media, existiendo testimonios de procesos semejantes en el Código de Hammurabi, en sociedades animistas de tipo tribal, en la cultura hebrea o incluso en Grecia.


Los juicios de Dios también se daban entre los vikingos. Este tipo de ordalía por lo general comenzaba un miércoles, el día de Odín, dios de la sabiduría. El individuo recibía un puñado de piedras o hierros ardientes que tenía que sostener durante uno o dos momentos terribles, luego se lo enviaba a casa con un vendaje hasta el sábado, cuando los jueces se reunían para inspeccionarlo y alcanzar un consenso. Su decisión no se basaba en si tenía la mano quemada –algo que era invariable-, sino en la severidad y la limpieza de la quemadura.
Los juicios de Dios eran pruebas mayoritariamente relacionadas con el fuego, tales como la mencionada del agua hirviendo. Otras veces, un sacerdote sostenía la Biblia mientras un monaguillo ofrecía un hierro al rojo vivo al acusado, quien debía sujetar el hierro con las manos durante unos instantes agónicos, siendo sostenido por una persona para que no desfalleciera. Si las quemaduras cicatrizaban satisfactoriamente, era considerado inocente. Según la leyenda, la santa emperatriz romana Cunegunda optó por el juicio del fuego cuando fue acusada de adulterio. En presencia de su marido, Enrique II, caminó descalza por encima de una reja candente ayudada por dos obispos. Superó la prueba.

Otras ordalías se llevaban a cabo utilizando el agua. Unos clérigos desnudaban al reo, lo ataban y lo arrojaban, sujeto con una cadena, en medio de un lago. Si Dios permitía que el agua lo recibiera, sería considerado inocente, pero si, a causa tal vez del frenético forcejeo, parecía flotar en la superficie, se interpretaba como una prueba inequívoca de culpabilidad.

Diversas disposiciones papales entre los siglo IX y XIII restringieron estas prácticas, que subsistieron durante más tiempo en Europa oriental y Escandinavia. En Castilla fueron condenadas a la excomunión por el Concilio de Valladolid en 1532. Pero una prueba alternativa, la lid, siguió vigente como medio de resolver pleitos, desde discrepancias por la posesión de un terreno hasta acusaciones de asesinato.

En otras ocasiones, las partes implicadas en la querella designaban paladines para que combatiesen en su lugar. Los paladines profesionales, vestidos con medias rojas para disimular las manchas de sangre, luchaban con hachas y espadas hasta que uno de ellos se rendía, poniendo fin al litigio. Con frecuencia, sin embargo, los litigantes preferían combatir en persona. Los caballeros luchaban a caballo, con lanzas o espadas; los plebeyos combatían a pie utilizando tablas con puntas de hierro. Puede destacarse el duelo legal que, por la posesión de unas tierras, tuvo lugar en Inglaterra en el siglo XIII entre Walter Blowberme y Hamun le Stare, el paladín más famoso de la nación. Inesperadamente, Blowberne resultó vencedor y Le Stare, avergonzado por su derrota, fue además condenado a la horca.

Después de la Edad Media, los juicios mediante combate cayeron en el olvido hasta 1817, cuando un inglés llamado Thornton retó a duelo a su acusador, el hermano de la joven muerta, y los tribunales confirmaron su derecho a proceder de esa manera. Pero el hermano de Mary Ashford rehusó el desafío, y Thornton quedó impune. Al año siguiente, el Parlamento inglés abolió los desafíos, alegando que se trataba de un “tipo de juicio poco idóneo”.

sábado, 13 de junio de 2009

El buzon estadounidense tunnel


El diseño del buzón Tunnel nació del empeño del Servicio Postal Estadounidense por estandarizar el reparto de correo en las rutas rurales. Con la liberación del reparto de correo rural en 1896, las empresas del sector se enfrentaron con toda una gama de recipientes descartados utilizados como buzones, desde latas de manteca hasta recipientes de alimentos para animales, algunos de ellos con restos de su contenido original. A la Oficina de Correos no le gustaba esta forma de reutilización y decidió corregir la situación.

En 1901, el Servicio Postal reunió a un comité para determinar las especificaciones concernientes a los buzones y analizar 63 diseños posibles enviados por diversos fabricantes. Las directrices marcadas dictaminaban que los buzones debían estar fabricados con planchas de metal, a poder ser galvanizado, e incluir una señal ajustable y duradera que indicase la presencia de correo. El comité aprobó modelos de catorce fabricantes distintos. La utilización de estos buzones pasó a ser obligatoria puesto que “a no ser que los buzones construidos en nuevas rutas encajen en el patrón aprobado, no serán atendidos por los carteros rurales”, se dictaminó.

Este edicto colocó a los carteros en el medio de un conflicto entre los granjeros, tremendamente independientes, y los reguladores gubernamentales. Además, los buzones diseñados para albergar cartas no eran lo bastante grandes como para dar cabida a paquetes. En respuesta a estos problemas, en 1915 se reunió otro comité postal que diese con una solución basándose en los modelos que ya se encontraban en la fase de producción y en otros nuevos enviados por los fabricantes. Sin embargo, ningún modelo obtuvo la aprobación. En su defecto, el gobierno encargó al ingeniero Roy Joroleman que resolviera el entuerto. Su diseño de un buzón metálico con forma de túnel y una bandera que indica la presencia de correo por recoger –o que el propietario ha recibido correo- ha sido descrita como una combinación entre simplicidad y funcionalidad. Para fomentar la competitividad entre los fabricantes, se impidió que el ya famoso diseño de Joroleman fuese patentado. En 1928 se aprobó una versión más grande de su diseño denominada Buzón nº 2 y destinada a albergar tanto cartas como paquetes.

Con el paso de los años, el buzón de los granjeros empezó a verse también en las periferias urbanas. Su forma simple, junto con la bandera izada, se convirtió en un símbolo nostálgico para muchos de los nuevos urbanitas que habían crecido en el campo.

En la actualidad puede encontrarse el mismo diseño por todo el mundo, aunque sólo en versión bidimensional: en las pantallas de los ordenadores. Este buzón es hoy uno de los iconos que señala la recepción y envío de e-mails vía internet, convirtiéndose así en símbolo internacional de noticias e información. Para mucha gente, el buzón de Joroleman representa el correo.

martes, 9 de junio de 2009

¿Qué es el euribor?


Es el interés al que las entidades financieras se prestan dinero en el mercado interbancario del euro. Su valor lo calcula la Federación Bancaria Europea, mediante la media de los precios de los 64 principales bancos europeos.

Este tipo de interés se aplica a las operaciones entre bancos de Europa partiendo de los precios de oferta de los préstamos que se hacen entre sí los 64 principales bancos europeos; esto significa que es el porcentaje que paga como tasa un banco cuando otro le deja dinero.

Realmente el Euribor no es un solo tipo, sino un conjunto de ellos. Las entidades financieras usan diferentes tipos de interés según el plazo al que se prestan dinero. Por tanto se puede hablar de euribor a una semana, a un mes o a un año. El euribor a un año es el que se usa normalmente como referencia para las hipotecas.

Su valor se actualiza diariamente y en España se publica en el BOE.

Es un índice muy importante del mercado financiero, ya que afecta, entre otras cosas, a los préstamos bancarios (como las hipotecas).

El Euribor solamente se aplica en los bancos de los Estados miembros de la Unión Europea que forman parte de la Eurozona. Los tipos de referencia locales, como por ejemplo el Pibor de París o el Fibor de Frankfurt, se juntaron al Euribor el 1 de enero de 1999. En el caso de España, el Euribor sustituyó al Mibor a raíz del traspaso de competencias del Banco de España al Banco Central Europeo.

El cálculo y publicación del valor del Euribor se realiza todos los días laborables, de acuerdo al siguiente proceso:

Diariamente se solicita a cada banco de referencia que envíe sus tipos de interés actuales no más tarde de las 10:45 a.m. Para ello, Reuters genera en su sistema una página privada que solamente puede visitar el banco y el personal encargado de realizar el cálculo. De 10:45 a.m. a 11:00 a.m. los bancos tienen oportunidad de corregir sus contribuciones si fuese necesario.

A las 11:00 a.m., Reuters realiza el cálculo del nuevo valor del Euribor, para lo cuál elimina el 15% más alto y el 15% más bajo de los tipos de interés recolectados y realiza la media aritmética del resto de valores. El resultado se redondea al número de 3 decimales más próximo al valor del promedio.

Tras el cálculo, Reuters publica instantáneamente el tipo de referencia Euribor en las páginas 248-249 de su sistema Telerate, que están disponibles para todos sus subscriptores y agencias de información. Al mismo tiempo se publican los tipos de interés empleados en el cálculo, con el fin de conservar la transparencia del proceso.

sábado, 6 de junio de 2009

Leica: fotografía fácil para todos


La cámara Leica fue creada por el ingeniero de precisión Oskar Barnack, jefe del departamento de investigación de los laboratorios Leitz en Wetzlar, Alemania, que principalmente fabricaba microscopios. Barnack ideó la cámara en 1913 por su propia iniciativa. Padecía asma y se propuso crear una cámara ligera para evitar la molestia de tener que trabajar con un trípode y con placas de vidrio de 13x18 centímetros. Basándose en la capacidad de resolución del ojo humano, llegó a un tamaño mínimo de negativo de 24x35 milímetros, una mera fracción del formato de placas de vidrio. El único material fílmico con suficiente calidad de grano disponible en la época era la película de cine. La decisión de Barnack de utilizar el formato de película cinematográfica –y por tanto de negativos enrollados en una bobina en lugar de una placa- significó el primero paso hacia la cámara de formato pequeño. La única diferencia entre ambas películas radicaba en la orientación del negativo en la bobina.

En 1913, Barnack construyó dos modelos de Leica no identificados que quedaron para su uso personal durante muchos años. En 1925, con la consolidación económica, Leitz introdujo en el mercado esta obra maestra de la concepción y la precisión con el pintoresco nombre de Leica (“cámara Leitz”): el éxito fue inmediato y las ventas no defraudaron. Los principios básicos de las cámaras analógicas modernas derivan de este modelo. Como la película estaba protegida de la exposición lumínica dentro de un cartucho podía cambiarse fácilmente a plena luz del día. En la Leica, el obturador y el avance de la película fueron de la mano desde el principio. Dotada de una capacidad de 36 negativos por película, unas ópticas fabulosas y una mecánica precisa, la cámara Leica fijó un estándar que se mantuvo vigente durante mucho tiempo.

La Leica hizo portátil la fotografía, pues posibilitaba sacar fotos alzando la cámara con las manos y la imagen podía ser horizontal o vertical. Su cuerpo de siete centímetros de altura y trece centímetros de largo estaba diseñado para ser sujetado frente al ojo mientras el usuario accionaba el disparador al mismo tiempo –sin necesidad de un disparador remoto de cable-. La precisa lente cubierta permitía la elaboración de ampliaciones en las que no podía eliminarse el grano de la película pero donde se convertía, en cambio, en medio activo de expresión. No se exagera al afirmar que la Leica definió el fotoperiodismo.

miércoles, 3 de junio de 2009

Underwood 5: la primera maquina de escribir moderna


Esta máquina de escribir es la de mayor éxito de la historia y fijó los estándares y el estilo del diseño de todas las máquinas de escribir. Su impacto se prolongó desde finales del siglo XIX cuando comenzó a fabricarse, hasta mediados del siglo XX, momento en que la aparición de las máquinas orgánicas Olivetti de estilo italiano –diseñadas por Marcello Nizoli- y de la característica IBM Selectric de 1961, estableció un estándar. En total llegaron a producirse más de dos millones de Underwood nº 5 antes de que dejara de fabricarse a comienzos de la década de 1930, cuando ya casi todas las empresas de la competencia llevaban años ofreciendo modelos similares e igual de funcionales.Utilizada por periodistas, administrativos y demás oficinistas, la máquina Underwood demostró ser muy práctica en varios sentidos a pesar de que muchas de sus características de diseño no resultasen especialmente innovadoras. Al contrario que muchas máquinas de escribir que imprimían a partir de tipos individuales, la Underwood adoptó el formato de barra de tipos que demostró acomodarse mejor a escrituras más veloces. Quizá fuera todavía más importante el hecho de que permitía ver lo que se escribía gracias a su mecanismo de “golpe frontal” puesto que las máquinas de “golpe inferior” imprimían en la parte baja de la planta o superficie de impresión y había que levantar el carro para ver qué se había escrito. El teclado QWERTY o Universal ya había sido introducido hacía casi un cuarto de siglo por Sholes & Glidden- si bien su máquina, que salió al mercado estadounidense en el año 1874, solo empleaba mayúsculas-. Y Underwood optó entonces por este teclado aunque existían otros sistemas disponibles porque era el más conocido. La nº 5 disponía de 84 caracteres distribuidos en cuatro filas de teclas y una sola tecla para cambiar a mayúsculas, lo que facilitaba la mecanografía al tacto y una rapidez mayor.


El pragmatismo de la Underwood eliminó muchas de las dificultades que planteaban las primeras máquinas de escribir. Curiosamente este cambio está documentado de la mano del escritor estadounidense Mark Twain mientras usaba un modelo Sholes & Gidden de 1874 fabricado por E.Remington & Sons en Ilion, Nueva York. Aquel año, Twain mecanografió una carta en la que declaraba: “Estoy tratando de acomodarme a esta recién nacida máquina de escribir, pero no estoy teniendo mucho éxito. Sin embargo, este es mi primer intento y no obstante noto que pronto alcanzaré cierta facilidad en su uso”. Pero unos meses más tarde, cuando la empresa Remington intentó convencerlo para que promocionara su producto, el entusiasmo de Twain había mermado radicalmente: había dejado de usarla y declaró que la máquina le “daba ganas de blasfemar”.

Irónicamente, la Underwood Nº5 quizá nunca habría visto la luz de no haber sido por la disputa entre Thomas Underwood y la empresa Remington. En 1895 Underwood, fabricante de cintas para máquinas de escribir y papel carbón, propuso a Remington Company renovar el contrato de suministor de cintas pero ésta le informó de que ya no requería de sus servicios pues pretendía producirlas ella misma. Tras este rechazo, Underwood compró los derechos de una máquina nueva desarrollada por el inmigrante alemán Frank X.Wagner y se lanzó a la fabricación de máquinas de escribir con un éxito inusitado. Finalmente, a comienzos de la década de 1960, Olivetti compró la empresa Underwood.