domingo, 21 de junio de 2009

Los tres hijos de Adán y Eva



Por supuesto, todo el mundo conoce a Caín y Abel, pero ¿Y Set? Y deberíamos prestarle más atención de lo que la Biblia hace, puesto que, al fin y al cabo, es el antepasado de todos nosotros.

Empecemos con Caín y Abel. En el libro del Génesis, Caín es un agricultor cuya ofrenda de frutos de la tierra es considerada inaceptable por Dios. Su hermano Abel, un pastor, brinda uno de sus mejores animales, lo que merece un comentario favorable por parte de Dios. Enfurecido por los celos, Caín atrae a su hermano hasta un campo y lo asesina. Cuando Dios le pregunta por el paradero de Abel, Caín le contesta con su famosa pregunta retórica: “¿acaso soy el guardián de mi hermano?”.


Como Caín había profanado el suelo con la sangre de Abel, lo que enfurece a Dios, éste ordena que no obtendrá más frutos de él, condenando al fratricida a una vida nómada. Caín teme que su vida de vagabundeos lo haga blanco de los odios xenófobos: “Cualquiera podrá matarme al verme”. Así, Dios pone en él la “marca de Caín” –probablemente un tatuaje- que le proteja de posibles atacantes. Así, Caín se marcha para establecerse al este del Edén, en la tierra de Nod. Es de resaltar el hecho de que la “marca de Caín” no pretendía señalarlo como asesino –tal y como suele interpretarse- sino protegerlo de otros asesinos.

De todo esto surgen varias preguntas. Si los únicos individuos en el mundo en aquel momento eran Adán, Eva y Caín, ¿de quién tenía miedo este último? Y cuando se convierte en el padre de Enoch, ¿de dónde sacó la esposa? Debió haber sido una de las hijas sin nombre de Adán y Eva que, junto a otros hijos igualmente desconocidos, se mencionan en Génesis 5:4. Pero, ¿qué estaban haciendo en la tierra de Nod? De cualquier modo, entre los descendientes de Caín se encuentran el primer bígamo, Lamech; el primer músico, Jubal; y el primer herrero, Tubalcain.


¿Por qué rechazó Dios la ofrenda de Caín? Probablemente haya algo del relato original que se ha perdido: el sacrificio de Caín podría haberse llevado a cabo de una forma extraña o inaceptable para los judíos. Alguna puntualización posterior en el Nuevo Testamento añade más información. En el evangelio de San Juan se lee que Caín mató a Abel “porque sus propias obras eran malvadas y las de su hermano virtuosas”. ¿O fue tal vez que Dios simplemente “eligió” a Abel en una especie de predestinación calvinista de acuerdo con la cual se elige a ciertos individuos para la salvación y condena a otros según su inescrutable voluntad? ¿O, desde un punto de vista antropológico, se trata de un reflejo de la simpatía de los primeros judíos hacia la agricultura sedentaria en lugar de la actividad ganadera y nómada?

Y a todo esto, ¿qué pasa con Set? Adán lo engendra a la edad de 130 años, para que ocupe el lugar de Abel. Y aunque Abel fuera más tarde interpretado como una especie de figura equivalente a Cristo (puesto que ambos eran buenos pastores cuya sangre fue vertida injustamente), la genealogía del propio Jesús se remonta a Adán y Eva, pero a través de Set (Lucas 3:38). Parece que Abel murió antes de tener la oportunidad de engendrar descendientes (la Biblia no los menciona y trazar la genealogía de Cristo a través del fratricida Caín (o alguno de sus hermanos anónimos) hubiera sido inconcebible. De hecho, en una de las interpretaciones judaicas del Génesis, Set es contemplado como el primogénito de Adán y Eva.

Resulta irónico que, a diferencia de Caín, el fratricida, o Abel, la primera víctima de la violencia, Set continúa siendo un personaje amorfo y sin personalidad, un hombre sin historia, casi sin existencia. Su nombre parece que significa “el sustituto”, al ser enviado por Dios a Adán y Eva para que ocupara el lugar de su malogrado hijo. Y así, nosotros también tendemos a mirarlo como un segundón.

Como todos los patriarcas, Set recibió unos genes extraordinarios: tuvo un hijo, Enos, a los 105 años y llegó a vivir 912 (sólo 18 menos que Adán). Y eso es todo. Ni siquiera sabemos qué profesión o actividad desarrollaba. Si tenemos en cuenta que de él desciende toda la raza humana, quizá no necesitara hacer nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario