martes, 24 de marzo de 2015
El Búnker Píndaro
Píndaro es un “lugar protegido para el manejo de situaciones de crisis”, diseñado para proporcionar un refugio seguro al Gobierno en caso de emergencia. Aunque no ha sido reconocido oficialmente y son escasos los detalles que se conocen, unos pocos datos salieron a la luz en 1994 por una conversación en el Parlamento entre Jeremy Hanley, entonces ministro de Defensa, y Harry Cohen, diputado por Leyton.
Píndaro, que se encuentra bajo el edificio principal del Ministerio de Defensa en Whitehall, empezó a construirse en 1987, ocho años después de proyectarse. Al parecer el búnker incorpora elementos de un refugio anterior que se usó durante la Segunda Guerra Mundial. Está diseñado para ser utilizado en caso de grave ataque militar o revueltas populares. Entró en funcionamiento en 1992 y costó más de 126 millones de libras. Se mantiene en alerta permanente y dispone de empleados las 24 horas cuyo número puede ampliarse en momentos de crisis.
Entre los detalles que se rumorean del búnker parece ser que tiene unas puertas a prueba de explosiones, espacio de sobra para alojamiento y manutención, y un estudio de televisión. Se cree que también hay una sala de control equipada con la tecnología más moderna y que está totalmente protegido por inhibidores de señales electromagnéticas. Es tranquilizador saber que también hay “suficientes aseos, incluso si el búnker alcanza su mayor capacidad…útiles siempre que haya electricidad para bombear los residuos”.
Cada año se lleva a cabo aquí un gran ensayo general, aparte de otras pruebas menores, recreando situaciones de crisis reales. En caso de que algún edificio se derrumbara encima del búnker, hay varias rutas de evacuación, aunque el búnker no está oficialmente conectado con la red de transportes. El nombre de Píndaro se le dio en honor al poeta de la antigua Gracia Píndaro de Tebas, quien murió hacia el 443 a.C. Cuando Tebas fue saqueada por Alejandro Magno en el siglo III, el gran guerrero ordenó que la casa del poeta fuera la única que se salvara del ataque.
En 2006 y 2007 al artista David Moore se le concedió permiso para acceder a una instalación militar subterránea de seguridad con el fin de realizar un proyecto de fotografía llamado “Las últimas cosas”. Aunque él nunca reveló la localización, es un hecho aceptado que estaba documentando Píndaro, y sus imágenes salieron a la luz púbica. Según aparece en la página web de Moore, un ministro de Defensa comentó con ironía: “No comprendo cómo has conseguido llegar tan lejos”.
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