sábado, 17 de enero de 2015
¿Cuál es la manera más rápida de encontrar a alguien que se ha perdido?
El método obvio consiste en acordar de antemano un lugar al que acudir inmediatamente en caso de pérdida para explicar al personal encargado lo sucedido y para que lo anuncien.
Aun así, cualquiera con hijos (o perros) sabrá que hasta los mejores planes se tuercen, así que nunca está de más contar con un plan B. Personalmente recomiendo un método que data de la caza de submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Ideado por el profesor Lyn Thomas, de la Universidad de Southampton, se basa en que, cuanto mayor es el tiempo de búsqueda, mayor es la posibilidad de éxito, pero también el riesgo de perder tiempo buscando a alguien que ya ha sido encontrado. El truco de los buscadores está en acordar un límite de tiempo inicial –pongamos quince minutos- durante el que buscarán a la persona antes de volver a juntarse para comparar sus notas. Si la búsqueda inicial es infructuosa, se inicia entonces una nueva búsqueda durante menos tiempo –por ejemplo, doce minutos-, y así sucesivamente. De este modo se optimiza el tiempo de búsqueda disponible y, según mi experiencia, funciona extremadamente bien, en especial si se ha escogido de manera adecuada el punto de encuentro.
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