domingo, 2 de noviembre de 2014
El Pentágono
El Pentágono es la legendaria sede del Departamento de Defensa de EE UU y, por la extensión que tiene, es el edificio de oficinas más grande del mundo. Siempre ha sido el objetivo de atentados, pero ninguno como el sufrido el 11 de septiembre de 2001, cuando un avión de pasajeros secuestrado se estrelló contra él. Las medidas de seguridad, que ya eran extremas, se perfeccionaron a consecuencia del ataque, convirtiendo al Pentágono en uno de los edificios mejor protegidos del mundo.
Durante los primeros días de la Segunda Guerra Mundial se puso en evidencia que el Departamento de Guerra de EEUU necesitaba una nueva sede desde la que poder coordinar todas sus operaciones. En 1941, el ingeniero jefe del departamento, el brigadista George Edwin Bergstrom diseñó los bocetos del futuro Pentágono en un tiempo récord que él definió como “un fin de semana de mucho trabajo”.
Se seleccionaron varios sitios como posibles terrenos para la sede hasta que el presidente Roosevelt se decidió por el aeropuerto Washington-Hoover que acababa de cerrar. Su característico perfil pentagonal estuvo inspirado no sólo en las antiguas fortalezas, sino también en el solar original, que tenía cinco lados. Y aunque al final el edificio se construyó en un solar ligeramente diferente, su diseño pentagonal se mantuvo como característica más sobresaliente.
El general de brigada Brehon B.Sommervell, jefe de la división de Construcción del Generalato de Intendencia, concibió la idea de la gigantesca estructura e insistió en que el corazón del edificio, que en un principio iba a ser un cuartel general temporal, se realizase en tan sólo cuatro días. La construcción empezó en cuanto finalizó el proceso de expropiación de los terrenos –algunas partes conocidas como “Hell´s Bottom” (el fondo del infierno)-, formados por zonas pantanosas, basureros y edificios en ruinas.
Una vez preparado el terreno, los ingenieros hicieron traer 4.2 millones de m3 de tierra y 41.492 pilotes de hormigón para los cimientos. El río Potomac se utilizó como fuente de materiales para la construcción: de él se extrajeron 617.000 toneladas de arena y grava que fueron transformadas en 332.000 m3 de hormigón. Con la Segunda Guerra Mundial, el acero para las estructuras escaseaba en Estados Unidos, hecho que contribuyó a la decisión de utilizar hormigón armado como principal material de construcción y al diseño de rampas que unieran los pisos en lugar de ascensores. Roosevelt se negó a utilizar mármol italiano para la fachada exterior, recurriendo a cambio a la piedra caliza de Indiana.
Con un programa de construcción muy ajustado, que se inició en agosto de 1941, 13.000 operarios trabajaron por turnos día y noche, 7 días a la semana, y más de 1.000 arquitectos, en un hangar cercano, elaboraban los planos de la construcción según avanzaba la obra. Los empleados del Pentágono empezaban a trabajar a medida que se terminaban las diferentes partes del edificio. Trescientos trabajadores se trasladaron a la primera sección, finalizada en abril de 1942, y 22.000 más lo hicieron en diciembre. Para facilitar el transporte hasta la gigantesca edificación, se construyeron 48 km de carreteras de acceso. El Pentágono tiene también departamento de policía y de bomberos y sistema de agua y alcantarillado propios. En 1956, se añadió un helipuerto y, en la actualidad, el complejo dispone de paradas de taxis y autobuses y de una estación de metro.
La fase inicial de construcción duró solo 16 meses y se completó con un coste de 83 millones de dólares. Cuando abrió oficialmente el 15 de enero de 1943, el Pentágono reunía unos 17 departamentos de guerra bajo el mismo techo.
El edificio tiene una altura de 23 metros y cada uno de los cinco lados tiene 281 metros de largo, que cubren así un área de casi 12 hectáreas (casi 14 incluyendo el patio central), y puede acoger a 24.000 trabajadores. Tiene el triple de la superficie del Empire State Building y el Capitolio americano cabe en cada una de sus cinco partes. A pesar de su enorme tamaño, el Pentágono es un ejemplo de eficacia. Está formado por cinco pentágonos concéntricos de cinco pisos cada uno –además del sótano y el entresuelo- unidos por diez pasillos dispuestos de forma radial. Hay más de 28 kilómetros de pasillos, pero está diseñado expresamente para que cualquier separación entre dos puntos específicos nunca sea mayor a siete minutos.
En 1998, empezó el programa de renovación, la mayor puesta a punto de la historia del Pentágono. Las obras se llevaron a cabo en varias fases a lo largo de 13 años y entre las medidas tomadas cabe señalar la de instalar sistemas de seguridad mejorados y el añadir refuerzos de acero a la estructura de cemento del edificio. También se instalaron ventanas resistentes a explosiones.
El 11 de septiembre de 2001, exactamente sesenta años después de que se iniciara la construcción del Pentágono, el vuelo 77 de American Airlines que había sido secuestrado, se estrelló contra el lado oeste. Sesenta y cuatro personas murieron en el avión (incluyendo los cinco secuestradores), más ciento veinticinco trabajadores de las oficinas. El número de muertes podría haber sido mayor, pero muchos de los trabajadores del ala oeste no estaban allí ese día debido a las obras del programa de renovación del edificio. No deja de ser irónico que, antes de los ataques del 11 de septiembre, el patio del Pentágono se llamara de manera informal “la zona cero”, ya que siempre se creyó que el complejo sería uno de los objetivos principales de un ataque con misiles soviéticos en la Guerra Fría.
Los ataques de 2001 sirvieron para hacer más hincapié en la seguridad, aunque siempre había sido de vital importancia. A principios de 2002, el Departamento de Defensa creó la Agencia de Protección de las Fuerzas del Pentágono (PFPA por sus siglas en inglés), sucesora directa del Servicio de Protección Federal y la Policía Especial de EEUU. Las responsabilidades de la PFPA, además de hacer cumplir la ley, incluyen ahora llevar a cabo operaciones de seguridad, vigilancia, prevención de crisis y antiterrorismo en el complejo. La PFPA es la primera línea de defensa del Pentágono y sus alrededores.
Otra medida de seguridad introducida en los últimos años ha sido la eliminación de los accesos directos al Pentágono desde la estación de metro que lleva hasta allí y la desviación del tráfico para alejarlo del edificio, cuyas puertas están abiertas a los visitantes con reserva previa, para lo cual se debe superar el control de seguridad, mostrar un documento de identificación y pasar por un detector de metales.
El trabajo que se lleva a cabo en el interior del Pentágono es de alto secreto y sigue moldeando el mundo que nos rodea y definiendo las agendas geopolíticas. Desde aquí se hace la guerra y a menudo también se evita. La intención del Departamento de Defensa es evitar que el Pentágono sea una fortaleza aislada de los ciudadanos a los que sirve, pero la experiencia de 2001 ha hecho que, a pesar de no tener aspecto de fortaleza, su defensa sea tan sólida como si lo fuera.
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