lunes, 11 de agosto de 2014

El Banco de la Reserva Federal de Nueva York


Es uno de los doce bancos que forman el sistema de la Reserva Federal de EE UU, y se halla en un edificio de 22 plantas hecho de cemento y piedra caliza en el bajo Manhattan. Sin embargo, lo más interesante está bajo tierra, en las cámaras donde se guarda el oro. En 2008 el banco almacenaba 216 millones de onzas troy, lo que equivale a una quinta parte de las reservas monetarias de este metal en todo el mundo.

Diseñada por Philip Sawyer y con un coste de unos 23 millones de dólares, la actual sede de la Reserva Federal, en el 33 de Liberty Street, abrió sus puertas en 1924. Las cámaras están asentadas en el lecho rocoso de la isla de Manhattan, a unos 23 metros bajo tierra y unos 15 por debajo del nivel del mar. Este era el único terreno lo suficientemente resistente para soportar el peso de las cámaras y su contenido. Las paredes son de hormigón armado.

El valor inicial de las reservas de oro ascendía a unos 26 millones de dólares, pero en 2011 se estimaba en unos 411 billones. La mayoría del oro pertenece a bancos centrales extranjeros, aunque la identidad de los depositarios solo se revela a aquellos que lo requieren con un motivo de peso.

Los guardias uniformados mantienen a salvo el banco y el contenido de sus cámaras y cada año deben superar unas pruebas para demostrar su destreza con las armas en el campo de tiro del propio banco. Un sistema de vigilancia electrónica y cámaras de seguridad registra todo lo que sucede, y una sala de control recibe alertas cada vez que las cámaras acorazadas se abren o se cierran. Si saltara una alarma, el personal de seguridad podría sellar el edificio en menos de 30 segundos.

El acceso a las cámaras no se realiza a través de un pasillo, sino mediante un corto pasaje que atraviesa el centro de un cilindro gigante de acero que bascula 90 grados en vertical dentro de una estructura de hormigón y acero. Hay varias cerraduras con sistema de relojería y con combinación que dictan cuándo se pueden abrir las cámaras, y ningún empleado tiene todos los códigos.

El oro está almacenado en 122 compartimentos diferentes entre los de la cámara central y las secundarias. Cuando se depositan nuevos lingotes –en una pared diseñada con ladrillos solapados-, los compartimentos correspondientes se cierran con un candado, dos cerraduras con combinación y el sello de un interventor. Almacenar el oro es gratis, pero el banco cobra una cuota por lingote al moverlo. Imaginamos que pocos propietarios tendrán problemas para pagar ese servicio.

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