miércoles, 23 de enero de 2013
La Gran Isla de Basura del Pacífico
Una masa de plástico no biodegradable se ha ido acumulando en las aguas del Pacífico Norte hasta alcanzar un tamaño que casi triplica al de España. Formada gracias a las corrientes oceánicas, esta ingente masa de residuos tiene su origen en países de todo el mundo y a largo plazo representa una de las mayores amenazas para el medio ambiente. Aun así, ningún estado u organismo internacional ha trazado un plan razonable para afrontar el problema.
Este vertedero flotante no es responsabilidad de un solo país y es un asunto verdaderamente sucio que pocos, fuera de la comunidad de activistas medioambientales, están dispuestos a reconocer o intentar solucionar. Esta bolsa de residuos se ha formado con innumerables toneladas de basura vertida al mar, casi en su totalidad desde tierra.
Que esta masa de residuos se encuentre al norte del Pacífico se debe a un giro oceánico, un flujo de corrientes marinas que gira en círculos y atrae enormes cantidades de escombros, los cuales se acumulan en su centro. Los ecologistas denunciaron la existencia de este fenómeno ya en los años ochenta, pero hasta 1997 no se confirmó su existencia, cuando el capitán de yate Charles J Moore y su tripulación avistaron el gran vertedero durante una regata. Posteriormente, Moore inició una campaña para atraer la atención sobre este problema.
El plástico no se degrada como el papel o el algodón, al contrario: se disgrega en componentes cada vez más pequeños y nocivos durante cientos de años. Algunos se refieren a estos diminutos trozos de plástico como “lágrimas de sirena”, un nombre mucho más romántico de lo que merecen. Muchas aves y mamíferos marinos mueren atrapados en los residuos de plástico, pero entrañan aún más peligro las toxinas que el plástico introduce en la cadena alimentaria y que envenena desde el más diminuto plancton a la más grande de las ballenas.
Los científicos estiman que la isla de residuos contiene tres cuartos de millón de fragmentos de plástico por kilómetro cuadrado. El 90% de los residuos en el mar es de plásticos. El 70% de estos se hunde y causa daños impredecibles a la vida del lecho marino, pues, además de contaminar los fondos, bloquea el paso de la luz. A pesar de esto, la gran sopa de basura del Pacífico sigue siendo un basurero flotante que no interesa a ningún gobierno. Podemos suponer sin temor a equivocarnos que si se tratara de la gran reserva de petróleo del Pacífico habría un poco más de interés en reclamar su soberanía
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