
viernes, 30 de diciembre de 2011
Casco de coco

domingo, 25 de diciembre de 2011
San Esteban

Al defenderse de tales acusaciones, san Esteban acusó al sanedrín de haber dado muerte al

A san Esteban suele representársele casi siempre con la apariencia de un hombre joven vestido con la dalmática de diácono y un evangelio en las manos. Además, suele haber también piedras, en alusión a su martirio, las cuales pueden encontrarse en sus manos, sobre su cabeza o bien sobre la dalmática. En los cuadros no devotos, es frecuente representarlo en medio del martirio. Por otro lado, no es extraño verlo acompañado de otro diácono, san Lorenzo, pues no en vano comparten la misma tumba en Roma, adonde según la tradición condujeron las reliquias del santo en el siglo V.
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miércoles, 21 de diciembre de 2011
1851-Exposición Universal de Londres (2)

(Continúa de la entrada anterior)
Las aportaciones extranjeras se agruparon por naciones. Francia envió una pequeña fuente que arrojaba agua de colonia y una estatua de zinc de la reina Victoria. El escultor americano Hiram Power presentó su propia versión de un esclavo griego “desnudo y puesto a la venta para que lo compre algún bárbaro oriental”. Samuel Colt expuso un revólver. Alfred Krupp, “un fabricante de Essen”, un cañón. Se mostraban cerraduras americanas baratas para competir con las inglesas y el telégrafo eléctrico de Siemens para competir con el británico. Había también un “tipógrafo”, antepasado de la máquina de escribir. Las Antillas enviaron marfil y perlas, Australia, carne en conserva y Chile un bloque de oro bruto de 152 kg. de peso. Las participaciones británicas estaban patrocinadas por la Royal Society of Arts, presidida por el Príncipe Alberto. Los miembros de esta sociedad visitaron a industriales y presidentes de diversas compañías, quienes prometieron miles de productos. Entre ellos figuraban una bañera mecánica para señoras, tirantes elásticos, cocinas de gas, una nariz de plata artificial, un casco submarino patentado, diversos tipos de máquinas voladoras, un “paraguas defensivo con estilete”, una locomotora express y el mencionado bloque de carbón de 24 toneladas.
La exposición fue una idea personal de Alberto. Decenas de caricaturas de la época le representaron pidiendo limosna para financiar su proyecto, en el que pocos creyeron al principio. Algunas de las críticas eran tan duras como delirantes, y procedían de lo más granado de la alta sociedad londinense y de figuras extranjeras tan influyentes como el rey de Prusia, un pariente de Victoria y Alberto que temía, entre todos los males, que los “rojos socialistas” aprovecharan la confusión del acontecimiento para asesinarle durante una de sus frecuentes visitas a Londres. El príncipe consorte le remitió la siguiente carta:
“Los matemáticos han calculado que el Palacio de Cristal se hundirá en cuanto sople un

La exposición dependió de fondos particulares, no públicos, y de una organización privada, no burocrática. Los contratistas de la construcción garantizaron el costo del proyecto en una fase crítica. El evento costó 336.000 libras y se hicieron llamamientos a empresarios, se organizaron banquetes para recaudar fondos, se enviaron circulares, se editaron folletos y se anunció el acontecimiento en la prensa con el fin de estimular la participación pública. La reina aportó 1.000 libras y el Príncipe Alberto 500, mientras miles de trabajadores y ciudadanos de a pie contribuyeron con modestas aportaciones, fruto de su trabajo.
Diversos comités gubernamentales se dirigieron a dignatarios cívicos, embajadores y Jefes de

El pánico cundió al descubrir que China no había enviado suficientes artículos para cubrir sus 28 m2 de pabellón. Los miembros de la Comisión Real “saquearon” literalmente a los coleccionistas privados de tesoros orientales, reuniendo así apresuradamente unas 50 cajas con todo tipo de artículos. Los 113 productos aportados por Rusia, entre los que figuraban pieles de tigre y armaduras, no llegaron a tiempo por hallarse los puertos del norte del país bloqueados por el hielo, y no fue posible exhibirlos el día de la inauguración.

Todos los objetos expuestos se dividieron en grupos y se sometieron al dictamen de jurados internacionales. Los premios mostraron la preeminencia de la destreza británica en ingeniería más que en diseño. En el grupo “Muebles, Tapizados, Papeles pintados, Papier-Maché y Artículos Barnizados”, los franceses ganaron cuatro medallas de un total de cinco. Pero en “Fabricación de Máquinas y Herramientas”, Gran Bretaña ganó 17 medallas de 24.
Entre el 1 de mayo y el 15 de octubre de 1851, día de la clausura, excluidos los domingos y los dos últimos días, en los que no se admitió público, el Palacio de Cristal recibió 6.063.986 visitantes. Algunos de ellos, como la reina, acudieron varias veces. Ya varias semanas antes de la inauguración, los curiosos se acercaban hasta el fabuloso Palacio de Cristal para contemplar los productos que iban llegando. La compañía de ferrocarril ofreció billetes a precios reducidos hasta Londres, y un servicio especial de transbordadores que hacía la travesía del Canal trasladó a


Sin embargo, los mensajes que pretendió proclamar tuvieron menos éxito. La Guerra de Crimea, que estalló en 1854, ahogó las esperanzas de paz. El comercio estimuló rivalidades y conflictos tanto como la interdependencia. Gran Bretaña perdió su ventaja industrial. El evangelio del trabajo perdió su fervor. La estructura de hierro y cristal abrió una nueva era en la arquitectura. Gran parte de los objetos exhibidos fueron menospreciados en cuanto cambiaron las modas en cerámica y mobiliario.
Terminada la exposición, el Palacio de Cristal se trasladó a un nuevo emplazamiento en el sur de Londres. Allí ardió completamente la noche del 1 de diciembre de 1936. El resplandor se divisó en todo Londres.
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jueves, 15 de diciembre de 2011
1851-Exposición Universal de Londres (1)

La mañana del 1 de mayo de 1851, día oficial de fiesta, la reina Victoria y el príncipe Alberto subieron a su carroza a las 11,30 para marchar ceremoniosamente desde el palacio de Buckingham al nuevo Palacio de Cristal de Londres, en Hyde Park. Llevaban consigo a sus dos hijos mayores: “Vicky”, vestida de satén blanco con puntillas, y “Bertie”, el futuro Eduardo VII, en traje de escocés.
Para la reina éste fue, según sus palabras, “uno de los días más grandes y gloriosos” de su vida. Las carrozas, los soldados y sobre todo las enormes multitudes le hicieron recordar su coronación. Para Alberto, aquello era la culminación de muchos meses de trabajo. El Palacio de Cristal era el centro de la primera gran Exposición Internacional de Londres, en la cual se exhibirían los productos y la maquinaria de todas las naciones. En gran parte, a él se debía el haberse hecho realidad el proyecto de tal exposición. Alberto era presidente de la Real Sociedad de las Artes, en la que se había examinado por vez primera la propuesta. En un banquete celebrado en la Mansión House en marzo de 1850, resumió el propósito de la exposición: ofrecer “una imagen viva del grado de desarrollo al que ha llegado la humanidad, y un nuevo punto de partida desde el cual todas las naciones pudieran dirigir sus futuros esfuerzos.”
Alberto era también miembro de la Comisión Real que había llevado a cabo los complicados y

Cuando la pareja real entró en el edificio sonaron las trompetas y las 600 voces de un coro entonaron el himno nacional acompañadas por un gigantesco órgano. Alberto leyó un informe sobre la gran empresa, la reina dio la réplica, el arzobispo de Canterbury recitó una oración y el coro entonó el “Aleluya” de Haendel. Durante el canto del coro se produjo un imprevisto, cuando un misterioso visitante de China “emocionado por la solemnidad de la escena”, rodeó el borde de una bella fuente y fue a prosternarse ante la reina. A continuación, una gran procesión recorrió el edificio entre ondear de pañuelos y vítores ensordecedores. La reina oyó gritos de Vive la Reine, entre los de God save the Queen.

Sólo tres años antes, una marea de revoluciones barría Europa. Ahora, Londres, henchido de visitantes extranjeros, parecía un modelo de estabilidad política, de la misma forma que la economía británica parecía un modelo de progreso industrial. Uno de los colegas de Alberto en la comisión fue el ingeniero George Stephenson, hijo del constructor de la locomotora Rocket. Otro, Sir William Cubitt, presidente del Instituto de Ingenieros Civiles. También había representantes del mundo del algodón, la lana, la seda, la banca y la agricultura.



El edificio, de 560 m. de longitud y 33 m. de altura, con una nave central, transeptos y un enorme arco, era lo suficientemente grande para albergar árboles –de hecho, los grandes olmos de Hyde Park se respetaron, construyéndose el edificio a su alrededor-. Soldados que colaboraron en la obra, corrieron y saltaron para comprobar la resistencia de los pisos antes de la inauguración. Sin embargo, más que la hazaña de ingeniería lo que más sedujo al público fue lo novelesco del edificio, y lo mismo ocurrió con muchos objetos expuestos. La Fuente de Osler, de 8


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martes, 13 de diciembre de 2011
¿Crecen las orejas y la nariz según nos hacemos mayores?

La impresión no nos engaña: en las personas mayores las orejas son especialmente grandes y la nariz también ha aumentado de tamaño.
Los científicos especulan acerca de las causas. Unos investigadores daneses han demostrado de forma indudable que el tamaño de estos dos órganos aumenta en su relación con el tamaño del cuerpo. Está comprobado que el tejido adiposo disminuye con los años, y también desciende la estabilidad de las asociaciones, por ejemplo las existentes entre las diversas células cartilaginosas o entre los cartílagos y la piel. Esto lleva a que las orejas pierdan elasticidad y se “deformen”. Lo que antes estaba bien pegado a la cabeza ahora se va descolgando y despegando cada vez más, de modo que el pabellón auditivo y, en especial los lóbulos de las orejas, parecen ser más grandes a simple vista.
Por otra parte, la cara se hace más pequeña por una pérdida de tejido adiposo. La nariz y las orejas sólo tienen un porcentaje pequeño de grasa, y por ello dan la sensación de ser mayores. En comparación con la cara son claramente más grandes de lo que eran en una edad más temprana, pero lo que realmente ocurre es que hay una reducción del tamaño de los pómulos o la barbilla.
Otros resultados de investigaciones concluyen que las orejas se desarrollan con la edad y por ello se vuelven realmente mayores. Además, se genera más sustancia base de los cartílagos, que se almacena sobre todo en las orejas y la nariz.
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jueves, 8 de diciembre de 2011
El origen del helado

Mucho antes de que los califas de Bagdad denominaran sorbetes (sharbets) a los refrescos de nieve y zumo de frutas, ya los chinos los elaboraban desde aproximadamente el año 2500 a.C. Su principal especialidad eran los aromatizados con canela y el arroz con leche y canela helado con nieve. También se sabe que Alejandro Magno hacía elaborar sorbetes para sus tropas y que el emperador romano Nerón hacía traer nieve de las montañas albanesas y de los glaciares alpinos para ofrecer sorbetes a sus invitados. Siglos después, durante el reinado de Carlos V se fabricaban en España sorbetes con ayuda de la nieve que se traía de ciudades de montaña, lo que hizo surgir el oficio de “nevero”, entre los que destacó el catalán Pablo Xarquies, que fundó en Madrid unos depósitos subterráneos de hielo para abastecer el mercado local.
La base del sorbete siguió siendo la nieve mezclada con frutas y miel hasta que Marco Polo –otros señalan más verosímilmente al fabricante toscano Bernardo Buontalenti- introdujo en Italia el método chino que permitía refrigerar todo tipo de mezclas.
Hacia 1651, surgió el helado moderno cuando un cocinero francés que servía en la corte inglesa creó el primero de crema de leche de la historia. Con la apertura en 1672 de la primera heladería de París, fundada por el siciliano Procopio de Coltelli en la Rue des Fosser Saint Germain, frente a la Comedia Francesa, el helado pasó a ser también un manjar al alcance de los menos pudientes. En España, destacó la heladería del napolitano Tortoni, abierta en 1789 frente al Palacio Real madrileño, que se especializó en una galleta rellena de helado, claro antecedente del helado al corte actual. Finalmente, en 1920, surgió el bombón helado –vainilla recubierta de chocolate y con un palito de madera en el medio- y, en 1923, el polo –helado de hielo con un palo en su centro-, ambos por iniciativa comercial del confitero Harry Bust, de Youngstown, Ohio.
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martes, 6 de diciembre de 2011
El coste de oportunidad

Cada hora de nuestro tiempo tiene un valor. Cada hora que dedicamos a un empleo dado podría, con cierta facilidad, utilizarse de forma diferente, ya sea en otro trabajo, en dormir o en ver una película. Cada una de estas opciones tiene un coste de oportunidad diferente, a saber, lo que nos cuestan las oportunidades perdidas.
Supongamos que queremos ver un partido de fútbol. La primera posibilidad es ir al campo, pero las entradas son caras e ir y volver del estadio nos tomará un par de horas de mucho tráfico. ¿Por qué no mejor, podríamos razonar, lo vemos en casa y usamos el dinero y el tiempo que ahorramos en cenar con unos amigos? Eso es el coste de oportunidad: el uso alternativo de nuestro tiempo y dinero.
Otro ejemplo nos lo proporciona la decisión de ir o no a la universidad. Por un lado, habría que

El concepto de coste de oportunidad es tan importante para las empresas como para los individuos. Piénsese, por ejemplo, en una fábrica de calzado. El propietario planea invertir medio millón de euros en una nueva máquina que acelerará de forma espectacular el ritmo de la producción de zapatos de cuero. Ese mismo dinero podría igualmente ponerse en una cuenta bancaria en la que ganaría un 5% de interés anual. Por tanto, el coste de oportunidad de la inversión es de 25.000 euros anuales: la cantidad a la que se renuncia al invertir en la maquinaria.
Para los economistas, toda decisión está determinada por el conocimiento de aquello que ha de sacrificarse (en términos de dinero y disfrute) para poder adoptarla. Al saber con precisión qué obtenemos y a qué renunciamos, deberíamos ser capaces de tomar decisiones más racionales y mejor informadas.
Considérese la regla económica más famosa de todas: no existen comidas gratis. Incluso cuando alguien se ofrece a invitarnos a comer por nada, sin esperar que le devolvamos el favor o que conversemos durante la comida, el almuerzo nunca será completamente gratuito. El tiempo que se pase en el restaurante siempre nos costará algo en términos de las oportunidades que dejamos pasar.
Algunas personas encuentran la noción del coste de oportunidad sumamente deprimente, y la idea de pasarse toda la vida calculando si su tiempo estaría mejor empleado haciendo algo más rentable o más divertido les resulta insoportable. No obstante, en cierto sentido se trata de algo que forma parte de la naturaleza humana: todo el tiempo estamos valorando los pros y los contras de nuestras decisiones.

Nos demos cuenta o no, lo cierto es que todos hacemos juicios basándonos en la noción de coste

En todo el mundo, los gobiernos emplean el argumento del coste de oportunidad de forma similar para abordar el problema de la privatización. El razonamiento no es sólo que las empresas de servicios públicos con frecuencia estarían mejor gestionadas en el sector privado, sino también que el dinero obtenido con su venta podría emplearse más eficazmente en inversiones públicas.

Por otra parte, muchos consideraban el oro una inversión poco rentable, por lo que el precio del

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domingo, 4 de diciembre de 2011
Fantasmas y Apariciones (2)

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Desde que se ha tenido la sensación de que los espíritus estaban de alguna forma presentes en el mundo material y podían intervenir en él, se ha intentado contactar con ellos, fundamentalmente con fines adivinatorios. Si es cierto que los espíritus tienen un conocimiento muy superior al de los mortales acerca del pasado, presente y futuro, conseguir una línea directa con los muertos significa tener acceso al poder.
En todas las sociedades primitivas ha habido chamanes y brujos, que eran los únicos con acceso a las revelaciones del más allá. En culturas religiosas más avanzadas, de alguna forma, los sacerdotes han asumido ese papel. Sólo a partir del siglo XIX, con la aparición del espiritismo, se ha buscado en el contacto con los difuntos un interés puramente mercantilista, aprovechándose de la ingenua credulidad de los participantes.

Con posterioridad, y a pesar de la confesión de las hermanas Fox, los creyentes en el espiritismo han sido muchísimos, como muchos han sido los métodos utilizados para contactar con el más allá. De los golpes y chasquidos vía médium, se pasó a utilizar una oui-ja, una tabla en la que están representadas las letras del abecedario y que supuestamente permite comunicarse con los espíritus de una forma rápida y eficiente.
Sin duda, los espíritus también han sabido sacar provecho de los avances de la tecnología,

Tampoco debe quitarse importancia a las declaraciones del astrónomo Camille Flamarion, según el cual las sesiones de espiritismo tenían un gran éxito porque, en muchas ocasiones, los caballeros aprovechaban la obligada oscuridad para meter mano a señoras y jovencitas, que aceptaban complacidas poner en peligro un contacto espiritual a favor de uno físico.
Desde el punto de vista científico, hay que tener en cuenta que las apariciones de fantasmas y espectros constituyen un fenómeno puramente subjetivo. La forma concreta de un espectro y la misma aparición del espíritu están totalmente condicionadas por el observador. Incluso, en muchos casos, sólo una persona es capaz de ver la aparición, aunque haya otras presentes en el mismo escenario.
Esto hace imposible el análisis científico del fenómeno en sí, ya que la ciencia sólo puede estudiar fenómenos que sean objetivos y reproducibles. En el caso de una aparición, lo único transmisible es la propia experiencia del individuo, por lo que entra más en el terreno de la psicología que en el de un estudio físico sistemático. De hecho, muchas de las experiencias de apariciones son fenomenológicamente indistinguibles de las alucinaciones. La aparición es un fenómeno real, pero sólo en la mente del observador.
Entre todos los casos documentados de personas que han experimentado o presenciado la aparición de un fantasma, se repiten una serie de patrones muy característicos. En la mayoría de los casos se da una situación de angustia o de obsesión por parte del observador. Es frecuente que, ante la reciente pérdida de un ser querido, se tenga la experiencia de verlo en determinados momentos. La angustia que supone este suceso hace que se repita muchas veces con intensidad creciente. La única forma de combatir al fantasma es plantarle cara, como si realmente existiera. La razón por la que la aparición es recurrente es el miedo a que se produzca. Lo que hay que combatir realmente es ese miedo.

Si, ante la pérdida de un ser querido, tenemos una experiencia de este tipo, y más aún si estamos

Existe un factor de otra índole, pero también de carácter psicológico, que se repite con frecuencia. En los casos de fantasmas que se manifiestan por medio de movimientos y ruidos extraños, suele suceder que todos esos fenómenos ocurran cuando un miembro concreto de la familia está presente, por lo general un adolescente. En familias proclives a creer en fenómenos paranormales y en las que uno de los hijos tiene problemas de carácter afectivo, ésta suele ser una forma de canalizar sus frustraciones y reclamar la atención de quienes le rodean.

Muchas veces, al explicar las psicofonías o determinadas apariciones, los estudiosos han esgrimido hipótesis distintas de la presencia real de un espíritu. Así, algunos suponen que tales fenómenos son debidos a proyecciones del subconsciente de una persona, que se materializan como consecuencia del profundo deseo de esa persona de ver un fantasma. Otras explicaciones a las psicofonías o los poltergeist serían la psicokinesis y la telepsicokinesis, según las cuáles la propia mente de una persona con especiales cualidades psíquicas sería capaz de interactuar con el sistema de grabación de un magnetófono o podría mover objetos mentalmente de forma inconsciente.
El problema de estas explicaciones es que parten de hipótesis no demostradas por ahora y que

En cualquier caso, sean reales o imaginadas, las apariciones de los fantasmas, sean gratuitas o financiadas por productoras cinematográficas, lo innegable es que, aunque vivimos en una era altamente tecnificada, por nuestra cultura o por la propia forma de ser de los humanos, seguimos necesitando de lo irreal, lo mágico, lo incognoscible y lo inalcanzable. O dicho de otra manera: para no sentirnos desamparados en medio del universo y para no desesperar ante la perspectiva de un fin definitivo, necesitamos creer que hay algo más, aunque ese algo sea ficticio.
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