¿Está cómodo un faquir en su cama de clavos porque los dolores le dan gusto? Pues no.
Pero es auténtico que el cuerpo humano reacciona contra los dolores con una producción y distribución de endorfinas. Estas son las hormonas de la felicidad, cuyo nombre es una combinación de “endógeno” y “morfina”. Se trata, por tanto, de un “analgésico” que se puede generar dentro del organismo humano. También entran en acción en caso de inflamaciones o sobreesfuerzos físicos extremos. Además de mitigar los dolores, las endorfinas también sirven para la relajación y para conseguir un buen estado anímico que puede llegar al éxtasis.
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