
Los encuentros con extraterrestres suelen agruparse en tres categorías diferenciadas, aunque existen otras clasificaciones. Los llamados encuentros en la “primera fase” se dan cuando hay un avistamiento del ovni; los encuentros en la “segunda fase” son aquellos de los que existen "evidencias reales", como pueden ser huellas, fotografías, películas, etc; por último, los encuentros en la “tercera fase” se dan cuando hay un contacto directo con los alienígenas. Veamos la primera fase.
Una gran parte de los testigos de avistamientos de ovnis suele coincidir en que los platillos volantes no emiten prácticamente sonido alguno cuando se desplazan a grandes velocidades. Bien, tengo que decir que por muy extraterrestres o extragalácticos que sean estos seres, así como las misteriosas naves que tripulan, cuando un objeto se desplaza en el aire a una velocidad superior a la del sonido (más o menos, unos 1.200 km/h) se debe producir lo que se denomina “boom sónico”, algo parecido a una tremenda explosión que se genera debido precisamente a que dicho objeto volador se desplaza más rápido que el sonido que él mismo genera.
Otro fenómeno curioso que se puede contemplar en las películas con platillos volantes consiste en que éstos, en muchas ocasiones, parecen rotar alrededor de un eje perpendicular al plano del disco de la nave. Una vez que las naves aterrizan, los alienígenas salen en su posición erguida paralela al eje de rotación anteriormente aludido. Y esto es lo extraño, ya que la fuerza centrífuga

Finalmente, y quizá lo más importante, es el asunto de la aceleración. Los testigos de los encuentros en la primera fase suelen afirmar que los platillos volantes describen cambios repentinos de dirección a velocidades vertiginosas. Hacer esto requiere unas aceleraciones tremendas que vamos a comentar a continuación.

Pero dejemos que nuestro automóvil de Fórmula 1 describa una curva de 100 metros de radio a 250 km/h. La aceleración que siente el piloto, en este caso, es de 5 g´s. Es como si el cuerpo del piloto pesase 5 veces más de lo normal. De ahí que los pilotos coloquen en sus habitáculos un apoyacabezas para estar más cómodos al describir curvas cerradas y que, por ello, necesiten ejercitar mucho los músculos del cuello, que son los que más sufren (hay que tener en cuenta que una cabeza humana ronda los 8 kg de peso). Pero sigamos con las cifras. Si un vehículo que se desplaza a 65 km/h sufre una colisión y se detiene en una décima de segundo, la desaceleración que sufre es de 18 g´s. Un platillo volante desplazándose a algo más de 1.000 km/h y que girase repentinamente hacia un lado en ángulo recto a la misma velocidad en una décima de segundo sufriría una aceleración de 300 g´s.
Los pilotos de combate, que son, probablemente, las personas que experimentan las mayores

Las fuerzas involucradas en estos cambios de velocidad tan grandes en tan cortos lapsos de tiempo son de tal magnitud que pueden llegar incluso a destruir los vehículos, sobre todo los aviones de combate. Un ejemplo es la escena de “Superman Returns” (2006), en la que nuestro héroe detiene en pleno vuelo el avión en el que viaja Lois Lane… En las imágenes se pueden apreciar unas ondas que se propagan por el fuselaje al mismo tiempo que éste se deforma apreciablemente.
Decididamente, si de verdad proceden de otras galaxias, los platillos volantes deben atravesar distancias tan grandes que para poder realizar el periplo en un tiempo razonable deberían poder propulsarse a velocidades comparables a la de la luz en el vacío. Pero esto vuelve a requerir aceleraciones espeluznantes (a no ser que su tecnología alienígena haya desarrollado un sistema desconocido por nosotros, terrícolas atrasados). Acelerar hasta el 10% de la velocidad de la luz en unos 50 minutos supondría sufrir 1.000 g´s. Si no quisiesen perder tiempo en acelerar y lo consiguiesen en 30 segundos serían 100.000 g´s. En cambio, si no dispusiesen de una tecnología

Hemos visto hasta aquí algunos aspectos relacionados con la física que hacen muy difícil creer en la existencia de las naves que dicen ver los testigos de OVNIS. Prestemos atención ahora al aspecto sociológico y psicológico del fenómeno.
Es significativo que un asunto del que en realidad sabemos tan poco, los ovnis, provoque tantas emociones. Especialmente es así en el frenesí de las denuncias de abducciones por extraterrestres. Al fin y al cabo, de ser ciertas, ambas hipótesis –la invasión de manipuladores sexuales extraterrestres o una epidemia de alucinaciones- nos enseñan algo que deberíamos saber. Quizá la razón de que las reacciones sean tan fuertes es que las dos alternativas tienen implicaciones desagradables.

Si creyésemos la conclusión alcanzada por los que financiaron e interpretaron los resultados de estas encuestas, y si los extraterrestres no son parciales con los americanos, el número de abducidos en todo el planeta sería superior a 120 millones de personas. Eso significa una abducción cada pocos segundos durante las últimas décadas. Es sorprendente que no lo hayan notado más vecinos.
¿Qué ocurre aquí? Cuando uno habla con los que se autodescriben como abducidos, la mayoría parecen muy sinceros, aunque sometidos a fuertes emociones. Algunos psiquiatras que los han examinado dicen que no encuentran más pruebas de psicopatología en ellos que en el resto de la gente. ¿Por qué una persona declararía haber sido abducida por criaturas extraterrestres si no fue así? ¿Podrían equivocarse todas estas personas, o mentir, o alucinar la misma historia (o similar)? ¿O es arrogante y despreciable cuestionar siquiera el sentido común de tantas personas?
Por otro lado, ¿sería posible que hubiera realmente una invasión extraterrestre masiva, que se

¿Por qué unos seres tan avanzados en física e ingeniería –que cruzan grandes distancias interestelares y atraviesan paredes como fantasmas- son tan atrasados en lo que respecta a la biología? ¿Por qué, si los extraterrestres intentan llevar sus asuntos en secreto, no eliminan perfectamente todos los recuerdos de las abducciones? ¿Demasiado difícil para ellos? ¿Por qué los instrumentos de examen son macroscópicos y recuerdan tanto los que podemos encontrar en el ambulatorio del barrio? ¿Por qué tomarse la molestia de repetidos encuentros sexuales entre extraterrestres y humanos? ¿Por qué no robar unos cuantos óvulos y esperma, leer

A diferencia de muchos medios de comunicación, los encuestadores y los que escribieron el informe “oficial” no preguntaron nunca a los encuestados si habían sido abducidos por extraterrestres. Lo dedujeron: los que alguna vez se han despertado con presencias extrañas alrededor, que alguna vez inexplicablemente creían volar por el aire, etc., han sido abducidos. Los encuestadores ni siquiera comprobaron si notar presencias, volar, etc,.. formaba parte de un mismo incidente o de otro distinto. Su conclusión –que millones de personas han sido abducidas- es espuria basada en un planteamiento poco acertado del experimento.
Con todo, al menos cientos de personas, quizá miles, que afirman haber sido abducidos han acudido a terapeutas simpatizantes o se han unido a grupos de apoyo de abducidos. Quizá haya otros con problemas similares pero, temerosos del ridículo o del estigma de enfermedad mental, se han abstenido de hablar o de pedir ayuda.

(Continuará....)
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