jueves, 30 de diciembre de 2010
¿Dónde se inventó la guillotina?
Estrictamente hablando, en Halifax, Yorkshire, Inglaterra.
La Horca de Halifax consistía en dos postes verticales de cuatro metros y medio, entre los que colgaba un hacha de hierro montada sobre un madero controlado por una cuerda y una polea. Los archivos oficiales indican que al menos 53 personas fueron ejecutadas con este artefacto entre 1286 y 1650.
La ciudad medieval de Halifax basaba su economía en el comercio de paño. Grandes cantidades de ese caro género se dejaban fuera de los molinos, en paneles, para que se secaran. El robo era un problema muy serio y los mercaderes locales decidieron utilizar un eficaz castigo disuasorio. Tanto la Horca de Halifax como un artefacto escocés posterior, conocido como la Dama, bien pudieron haber inspirado a los franceses a la hora de diseñar su propia versión.
El doctor Joseph Ignace Guillotin era un médico de suaves modales y carácter humanitario al que disgustaban las ejecuciones públicas. En 1789 presentó ante la Asamblea Nacional un ambicioso plan de reforma del sistema penal con el fin de hacerlo más humano. Propuso un método mecánico estandarizado de ejecución que no discriminara entre los pobres (que eran ahorcados) y los ricos (castigados con la relativamente menos indolora y cruel decapitación).
La mayoría de sus propuestas fueron rechazadas, pero la noción de una máquina de matar lo más eficiente posible sí que gustó. La recomendación de Guillotin la refinó el doctor Antoine Louis, Secretario de la Academia de Cirujanos. Fue él, no Guillotin, quien fabricó la primera guillotina operativa en 1792, a la que se conoció durante un corto periodo de tiempo como Louison o Louisette.
Pero de alguna manera, el nombre de Guillotin gustó más y, por mucho que se esforzó su familia para evitarlo, fue el utilizado para designar al sangriento invento. Contrariamente a lo que popularmente se cree, Guillotin no murió bajo la cuchilla de su propio artefacto, sino en 1814, a causa de un carbunco infectado en su hombro.
La guillotina se convirtió así en el primer método democrático de ejecución y se utilizó generosamente por toda Francia. En sus primeros diez años de existencia, los historiadores estiman en 15.000 personas sus víctimas. Sólo la Alemania nazi la utilizó más intensivamente: 40.000 criminales entre 1938 y 1945. La última persona en ser ejecutada por medio de la guillotina fue un inmigrante tunecino llamado Hamida Djandoubi, por la violación y asesinato de una chica, en 1977. La pena de muerte fue abolida en Francia en 1981.
Y, por si alguien se lo pregunta, es imposible saber con precisión durante cuánto tiempo permanece consciente una cabeza tras ser separada del cuerpo, pero se cree que entre cinco y trece segundos.
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