Unos dos años.
El 10 de septiembre de 1945, un joven y rollizo gallo de Fruita, Colorado, fue decapitado… y sobrevivió. De manera milagrosa, el hacha dejó intacta la yugular y suficiente tronco del encéfalo unido al cuello como para que no sólo no muriera, sino que medrara.
Mike, como era conocido, se convirtió en una celebridad nacional, realizando giras por el país y apareciendo en revistas como “Time” y “Life”. Su propietario, Lloyd Olsen, cobraba 25 centavos a aquellos que deseaban tener un encuentro con “Mike, el Maravilloso Pollo Descabezado”. Mike aparecía ante su público “coronado” con una cabeza seca de pollo que hacía las veces de la propia –de hecho, la cabeza de Mike había servido de almuerzo para el gato de la familia Olsen-. En su momento de mayor gloria, Mike estaba ganando 4.500 dólares al mes y llegó a estar valorado en 10.000 dólares. Semejante éxito dio lugar a una ola de imitadores decapitados, aunque ninguna de las infortunadas víctimas llegó a vivir más de uno o dos días.
Mike era alimentado usando un cuentagotas. En los dos años siguientes a perder la cabeza, ganó casi dos kilos y medio y pasaba su tiempo libre atusándose las plumas y “picoteando” con su cuello. Una persona que conoció bien a Mike comentó: “Era un pollo gordo que no sabía que ya no tenía cabeza”.
La tragedia sobrevino una noche en una habitación de motel de Phoenix, Arizona. Mike comenzó a asfixiarse y Lloyd Olsen, horrorizado, se dio cuenta de que se había dejado el cuentagotas en el lugar donde habían actuado el día anterior. Incapaz de limpiar sus vías respiratorias, Mike se asfixió.
Mike continúa siendo una figura de culto en Colorado y todos los meses de mayo desde 1999, la población de Fruita celebra el “Día de Mike el Pollo sin Cabeza”.
El 10 de septiembre de 1945, un joven y rollizo gallo de Fruita, Colorado, fue decapitado… y sobrevivió. De manera milagrosa, el hacha dejó intacta la yugular y suficiente tronco del encéfalo unido al cuello como para que no sólo no muriera, sino que medrara.
Mike, como era conocido, se convirtió en una celebridad nacional, realizando giras por el país y apareciendo en revistas como “Time” y “Life”. Su propietario, Lloyd Olsen, cobraba 25 centavos a aquellos que deseaban tener un encuentro con “Mike, el Maravilloso Pollo Descabezado”. Mike aparecía ante su público “coronado” con una cabeza seca de pollo que hacía las veces de la propia –de hecho, la cabeza de Mike había servido de almuerzo para el gato de la familia Olsen-. En su momento de mayor gloria, Mike estaba ganando 4.500 dólares al mes y llegó a estar valorado en 10.000 dólares. Semejante éxito dio lugar a una ola de imitadores decapitados, aunque ninguna de las infortunadas víctimas llegó a vivir más de uno o dos días.
Mike era alimentado usando un cuentagotas. En los dos años siguientes a perder la cabeza, ganó casi dos kilos y medio y pasaba su tiempo libre atusándose las plumas y “picoteando” con su cuello. Una persona que conoció bien a Mike comentó: “Era un pollo gordo que no sabía que ya no tenía cabeza”.
La tragedia sobrevino una noche en una habitación de motel de Phoenix, Arizona. Mike comenzó a asfixiarse y Lloyd Olsen, horrorizado, se dio cuenta de que se había dejado el cuentagotas en el lugar donde habían actuado el día anterior. Incapaz de limpiar sus vías respiratorias, Mike se asfixió.
Mike continúa siendo una figura de culto en Colorado y todos los meses de mayo desde 1999, la población de Fruita celebra el “Día de Mike el Pollo sin Cabeza”.
Pobre animal, menuda gentuza la que hace estas cosas. Una verguenza.
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