miércoles, 4 de marzo de 2015
Baladia – National Urban Training Center, una ciudad de mentira para entrenar
Todos conocen de oídas los pueblos fantasma. La imagen arquetípica de un pueblo fantasma es la de una pedanía en mitad de la nada con algunas casas medio derruidas, o la de esos pueblos del oeste americano en los que por sus calles solo avanza alguna bola de heno empujada por el viento. Pero hay ciudades de mentira que parecen abandonadas, llenas de fantasmas, que sin embargo permanecen más nuevas y limpias que cualquier ciudad normal del mundo, incluidas las nórdicas. Es el caso de Baladia, cuyo nombre oficial es National Urban Training Center.
Es una ciudad extrañamente nueva y regular, aunque de pega. Hay cierta suciedad, sí, pero como si fuera intencionada, y no se distinguen los desperfectos que acompañan al paso del tiempo. Como si fuera una ciudad sin desprecintar. Pero no es ni una maqueta ni un escenario arrasado por una bomba de neutrones o algún virus mortal que haya dejado las infraestructuras intactas. Es un campo de entrenamiento militar situado en el desierto del Néguev perteneciente al Ejército israelí.
Llama la atención que en mitad de uno de los desiertos más yermos y abrasadores del mundo se levante una ciudad tan perfecta. Aquí, las tropas israelíes e incluso muchos marines norteamericanos se preparan para combatir en Gaza, Líbano o Siria. De modo que su geografía urbana se parece bastante a la de estas ciudades, como copias intocadas de las mismas.
Baladia consta de 1.100 módulos que en cierto modo son como casitas del Monopoly, que se pueden configurar y ubicar según el tipo de misión que se pretenda reproducir. Posee nada menos que 12 km cuadrados que los soldados pueden usar como si fueran ejecutivos estresados simulando una guerra con pistolas de pintura.
Israel, con menos de siete millones de habitantes, es en la actualidad el sexto importador mundial de armas y el quinto exportador, dedicando a la defensa más del 10% de su producto interior bruto. Acostumbra a vulnerar las normas que regulan la guerra, por ejemplo, empleando las brutales bombas de racimo. Sin embargo, en sus enfrentamientos con las milicias de Hamás, ha descubierto que las acciones aéreas, con los F-16 y los Apache, no son todo lo efectivas que quisieran. Así pues, si su objetivo es golpear mortalmente a Hamás, deben realizar incursiones terrestres que lleguen hasta los núcleos urbanos. Lugares que son el ejemplo perfecto de caos, descontrol y alta densidad de población Gracias a las películas que todos vosotros habréis visto os podéis llegar a imaginar lo laberínticos que son los centros urbanos, donde cualquiera, hasta ese niño que parece estar jugando a la pelota, puede desenfundar un arma de fuego.
Así pues, desde 2007, las fuerzas de defensa israelíes se instruyen en Baladia, la maqueta a escala real de una ciudad palestina construida con fondos estadounidenses, con sus calles intrincadas, sus mezquitas y hasta su campo de refugiados. La ciudad se levantó de la nada en apenas dos años. Y seguramente también dispone de muchos maniquíes a los que disparar, capturar e incluso, quién sabe, torturar
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