martes, 20 de enero de 2015

¿Se desgastan los imanes?


Los imanes para jugar a menudo vienen con la advertencia de que no se dejen caer ni se sometan a altas temperaturas si no queremos que pierdan su potencia magnética. Incluso si los tratamos con cuidado, a la larga y muy lentamente, los imanes pueden perder potencia.

Ello se debe a que los imanes deben sus propiedades a la existencia de números astronómicos de campos de un 1 mm de diámetro cada uno repletos de átomos, cuyos inquietos electrones están alineados. Este estado de suma ordenación es el origen del magnetismo y también de que los imanes sean vulnerables al calor o las caídas, que desalinearían los campos. Incluso si un imán se libra de sufrir dichas experiencias, finalmente acabará sucumbiendo a los efectos del calor ambiental y de los campos electromagnéticos, que también perjudican la alineación y van debilitando la fuerza magnética.

Afortunadamente se trata de un proceso muy lento: un imán actual de samario-cobalto tardaría unos setecientos años en perder la mitad de su potencia.

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