viernes, 22 de agosto de 2014
¿Por qué los perros tienen siempre húmeda la punta de la nariz?
Según muchos veterinarios urbanos, los jóvenes propietarios de perros, muchas veces legos en materia de educación canina, se inquietan a menudo por la humedad nasal permanente de su fiel mascota. Y es más bien lo contrario: una nariz seca durante mucho tiempo debería preocuparles mucho más, puesto que a veces refleja un estado febril y eventualmente podría ser el primer síntoma anunciador de una enfermedad del perro.
Lo primero de todo, una explicación elemental que se resume así: el perro tiene glándulas nasales laterales que segregan un líquido, provocando la humidificación natural de la nariz. Cuando el animal respira el aire, esa humedad se evapora y así evacua un exceso de calor interno. Dicho de otro modo, este proceso es como una especie de transpiración.
Pero, para numerosos especialistas internacionales, esta visión del fenómeno es un poco esquemática. Para empezar, sólo explica por qué está húmeda la parte superior de la nariz. Porque las glándulas responsables de la secreción, situadas cerca de la base de los agujeros de la nariz, podrían limitarse a producir un insignificante flujo de líquido. Pero el doctor Don Adams, de la universidad norteamericana de Iowa, ha observado muy acertadamente que los perros se lamen frecuentemente la nariz con un gran lengüetazo, y ese especialista en neumología canina se pregunta si las secreciones nasales del perrito se mezclan forzosamente con la saliva.
Sea como sea, el hecho de que un perro completamente sano tenga siempre la nariz húmeda, plantea otra pregunta: ¿para qué sirve esa función? Y aquí tenemos otra vez varias teorías, algunas contradictorias.
La tesis más generalmente aceptada sostiene que el perro disipa su calor interno por la citada humedad nasal. Sin embargo, el animal transpira básicamente por medio de su jadeo característico, con la boca abierta y la lengua sacada, incluso colgando, único medio para evacuar lo más rápidamente posible un exceso de calor por evaporación. Además, los zoológos dicen que el 25% del aire inspirado o espirado por un perro pasa por la nariz y el 75% restante por la boca, lo que permite al animal refrescarse dos veces más rápido que por la humedad nasal. Pero según sea el ambiente, el clima y el estado de reposo o semi-reposo, pudiera ser que la sola evaporación del calor por la punta de la nariz fuera suficiente.
Está claro, pues, que un perro que tiene la punta de la nariz húmeda evacua cierta cantidad de calor interno. Pero ya hemos visto que ese único refrigerador no es suficiente. La humidificación nasal permite probablemente una evaporación básica que viene a completar en un momento dado la lengua y el jadeo. Pero para otros especialistas, muchos animales perciben mejor los olores a través de una superficie mojada, por lo que deducen que la humedad natural de la punta de la nariz del perro le serviría para aumentar la potencia de sus funciones olfativas.
En cuanto al infatigable doctor Don Adams, también puso de manifiesto una posible relación (incluso conexión) entre la secreción de esas glándulas nasales y la función salival. Todos sabemos que el perro saliva abundantemente. Pero la experiencia demuestra que tal situación supone también una copiosa secreción nasal.
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