jueves, 10 de julio de 2014

Air Force One




Estrictamente hablando, Air Force One no es un avión, sino un indicativo que se da a cualquier avión de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos que transporte al presidente. Se refiere a cualquiera de los dos Boeing de la serie 747-200 (numerados en la cola como 28000 y 29000) que están a disposición del Presidente. Actúa como “Casa Blanca móvil” y por lo tanto es el transporte más protegido que existe.

Franklin D.Roosevelt fue el primer presidente en hacer un viaje aéreo oficial cuando en 1943 voló a Casablanca, en Marruecos, para discutir con Winston Churchill sobre el desarrollo de la Segunda Guerra Mundial. Los asesores de seguridad del Presidente no aconsejaban el uso de aerolíneas comerciales, dado los riesgos que ello conllevaba, y se acordó adecuar un avión militar para el uso exclusivo del presidente. Entre tanto se adaptó un avión –con el sobrenombre de Sacred Cow (vaca sagrada)- que Roosevelt solo usaría una vez, para acudir a la Conferencia de Yalta en 1945.

En 1944, Roosevelt creó el Presidential Airlift Group (grupo aéreo de transporte presidencial), como parte de la Oficina Militar de la Casa Blanca. Desde entonces este grupo se ocupa de mantener operativo el avión presidencial, trabajando desde la base aérea de Andrews, cerca de Maryland. El nombre de Air Force One no se estableció hasta 1959, durante la presidencia de Dwight Eisenhower. Tres años más tarde, John F.Kennedy se convirtió en el primer presidente de los EEUU en usar un avión a reacción (un Boeing 707 adaptado).

El Air Force One del presidente apareció con frecuencia en los medios a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Ante la incertidumbre de sus asesores sobre dónde guarecerle para mantener su seguridad, el presidente George W.Bush pasó la mayor parte de aquel día en el aire. Su piloto revelaría más tarde que se temió que el avión también pudiera sufrir un ataque.

Los servicios que ofrece la aeronave se distribuyen en tres niveles y más de 370 metros cuadrados. Tiene capacidad para acoger a unas 70 personas a bordo, pero la lista de invitados tiende a ser bastante exclusiva y cualquiera que vaya a viajar en ella debe pasar unos estrictos controles de seguridad. Aparte del Presidente, entre los pasajeros se puede encontrar a miembros de su familia u otros invitados excepcionales. George W.Bush, por ejemplo, llevaba ocasionalmente a sus perros y gatos a bordo para darles un paseo.

Obviamente, la parte del avión más lujosa está reservada para el Presidente. Su suite, que se
encuentra en la parte delantera de la nave, incluye un dormitorio, un baño, un despacho y un minigimnasio. Hay suficiente espacio de oficina para que el personal de presidencia pueda trabajar, así como una sala de prensa totalmente operativa. En la mayoría de los viajes se permite el acceso a periodistas especialmente seleccionados, normalmente son alrededor de 13 y varían de un vuelo a otro. La agencia Reuters tiene un corresponsal y un fotógrafo asignados en todos los vuelos del Presidente. El personal de los medios de comunicación ocupa una zona de asientos a la que se accede por la puerta trasera del avión.

Además del piloto y copiloto, el personal de a bordo está compuesto por 26 personas seleccionadas entre los militares mejor considerados. Los pilotos mismos están, como es de esperar, en el punto más álgido de sus carreras. También hay un médico a bordo que viaja siempre con el Presidente. La seguridad del avión está en manos de agentes armados de los servicios secretos. De hecho, el Air Force One asegura tener el mismo nivel de seguridad y tecnología que el despacho Oval. Ni siquiera los invitados del Presidente tienen libertad total para moverse a bordo de la nave.

El avión está equipado con sistemas de defensa antimisiles y contramedidas de infrarrojos en cola y motores, diseñados para evitar misiles atraídos por fuentes de calor. Todos los cables están revestidos para proteger el avión de ataques de pulso electromagnético. Con más de 350 kilómetros de cable a bordo y unos 85 teléfonos, toda comunicación con y desde la nave está codificada.

Antes de cada vuelo, los servicios secretos comprueban y sellan los suministros de combustible a la
vez que comprueban que todas las medidas de seguridad en la pista sean las adecuadas. Los agentes tienen órdenes de disparar durante el embarque o el desembarque en caso de amenaza al Presidente. Varios de ellos vuelan al destino antes que el Air Force One para llevar a cabo los controles de seguridad necesarios. Una limusina acorazada espera al presidente allí para trasladarlo. Uno de los agentes a bordo del Air Forrce One está a cargo de “el balón” –el maletín que contiene los códigos de activación nuclear-. El avión siempre aterriza con el lado izquierdo de cara a las áreas públicas, dejando así las zonas presidenciales de la nave lo más protegidas posible.

En 2006 se produjo una sorprendente violación de las normas de seguridad que por fortuna no tuvo consecuencias: apareció un plano detallado de la nave en la página web de la base aérea de Robins (Georgia). A pesar de eso, el Air Force One es lo más seguro que uno puede encontrar volando a varios kilómetros de la tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario