martes, 19 de noviembre de 2013

¿De dónde procede el nombre y el símbolo del dólar americano?




Por extraño que pueda parecer, la moneda americana tiene su origen en el valle de San Joaquín, en Bohemia, una región que en el siglo XVI era la más grande de Checoslovaquia.

La historia se remonta a 1518. Sorprendido por la tempestad, un señor del lugar se refugia precipitadamente en la primera cueva que encuentra. Y, ¡milagro! Descubre una mina de plata. En esa época el poderoso Carlos V refuerza su dominio sobre un vasto territorio. Emperador germánico, rey de España con el nombre de Carlos I), príncipe de los Países Bajos y rey de Sicilia, autorizó al señor del valle a acuñar las piezas de plata que se llamaron Joachimsthaler (thal significa valle en alemán).


Pero el emperador se arrepintió y sencillamente retiró al señor local el privilegio generosamente concedido e hizo acuñar monedas que llevaban sus propias armas. Y el Joachimsthaler de origen pasó a llamarse simplemente thaler. Esta moneda oficial se fue imponiendo progresivamente en todos los territorios bajo el dominio de Carlos V y sus sucesores de la casa de Habsburgo, sobre todo Felipe II, su hijo, origen de la rama española de la dinastía.

De este modo, al haber entroncado con España, la casa de Habsburgo reinó sobre gran parte de América del Sur, vasto territorio escenario de las hazañas de los conquistadores. Éstos llegan a América con un tálero (thaler) que hacen acuñar en México y Perú. Igual que los holandeses habían transformado la pronunciación de thaler en daler, en América del Sur el tálero se convirtió en tólar, y rápidamente en su forma actual, dólar. Con el tiempo, ese nombre se dio a cualquier moneda, incluso en América del Norte, donde se utilizaba la expresión Spanish dollar (dólar español).

Materializado en una gran pieza de plata, el Spanish dollar se dividía en ocho reales. Los indígenas lo llamaban también pieza de a ocho, o piece of eight en inglés. Que no se preocupen los puristas, que no es un contrasentido: aquí, el “piece” inglés no es un fragmento o una parte, sino una pieza.

En 1785, más de dos siglos después del desembarco del tálero en las colonias españolas de América del Sur, el Gobierno norteamericano decidió acuñar su propia moneda y, naturalmente, la llamó dólar. El Spanish dollar o piece of eight se siguió utilizando en América del Norte hasta 1794, cuando los distintos estados se pusieron de acuerdo para acuñar y poner en circulación las nuevas monedas. Desde el valle de San Joaquín en Bohemia hasta después de la guerra de la Independencia norteamericana (1775-1783), el thaler se había convertido en dólar tras un interesante recorrido.

Veamos ahora las razones que motivaron el nacimiento y utilización del signo del dólar. Para empezar, una precisión: este signo ($) sólo lleva una barra vertical, y no dos como se suele ver todavía en muchos documentos y anuncios. Un detalle que tiene su importancia cuando tratamos de saber el verdadero origen del símbolo.

Curiosamente, el dibujo que representa la palabra dólar es una especie de S mayúscula cruzada por
una línea vertical, por lo que debemos rechazar en bloque todas las interpretaciones fantásticas que hablen de dos líneas verticales. Ente ellas, la del Spanish pillar dollar, que designa las monedas acuñadas con las dos columnas (pillars) del escudo de España y se denominaban abreviadamente S II. Los defensores de esa teoría errónea dicen que el signo del dólar sería el resultado de superponer la S y el II. Igualmente, los que dicen que el signo sería el resultado de la superposición de la U de United y la S de States, también yerran porque, como hemos dicho, el verdadero signo $ sólo tiene una línea vertical.

Algunos historiadores americanos han propuesto la teoría del P8 como abreviatura de la famosa piece of eight. Se escribiría entonces 200 P8 por 200 dólares, que se convertiría en un 8 superpuesto a la P, que se habría confundido con una S y la barra vertical de la P. Esta tesis, demasiado compleja, tiene el mérito de inscribirse en la continuidad histórica del dólar, cuyo signo que hoy conocemos ya se utilizaba claramente mucho antes de la declaración de independencia norteamericana (1776).

La explicación más generalmente admitida (también por el Tesoro americano) tiene que ver con el Spanish dollar, no como piece of eight, sino como peso, que es la palabra con la que se conocía la unidad monetaria de los conquistadores españoles y que ha seguido siendo la de muchos países hispanoamericanos. Entonces la abreviatura de 200 pesos sería 200 PS y la superposición de estas dos letras daría $, difuminándose la parte superior de la P. Obsérvese que hay un cierto parecido gráfico, sobre todo en escritura manuscrita rápida o insegura, entre esta teoría y la del P8.

Descendiente en línea directa del tálero de los Habsburgo a través de la valija de los conquistadores Cortés y Pizarro, el dólar se extendió rápidamente y también lo hizo su representación simbólica, apoyada en la abreviatura PS de pesos. Muy verosímil, pues el Spanish dollar, la piece of eight y el peso tenían el mismo valor de cambio, la misma utilidad y una total equivalencia, y los tres términos expresaban una realidad concreta e intercambiable. Probablemente se diría 200 thalers o táleros (después, tólares o dólares) y se escribiría quizá 200 P8, después 200 PS y $. Se trataba de la misma cantidad: 200 unidades de cuenta representadas por el signo $.


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