lunes, 11 de marzo de 2013

1906-LAS GRANDES BAÑISTAS- Paul Cézanne


 

Paul Cézanne está considerado como el maestro del postimpresionismo y, al mismo tiempo, el innovador al que deben su arte los cubistas, fauvistas y expresionistas.

Tras asistir al liceo y la escuela de arte en su ciudad natal de Aix-en-Provence, en el sur de Francia, Cézanne se matriculó en la Facultad de Derecho. Sin embargo, no tardó en abandonarla para trasladarse a París en 1861 y entrar como estudiante en la Académie Suisse, un taller independiente que constituía una especie de alternativa a la academia oficial de artes. Allí su encuentro con el impresionismo fue fundamental en su carrera: cambió radicalmente su paleta de colores y en lugar de los tonos oscuros que había venido usando hasta entonces, experimentó con tonos luminosos y brillantes. A diferencia de los pintores impresionistas, sin embargo, no trataba de presentar momentos visuales transitorios, sino la esencia y permanencia del fenómeno visual. Su aplicación de la pintura fue también menos espontánea que las de los impresionistas. Crear un cuadro era un proceso largo y reflexivo para Cézanne.

Desde la década de los setenta del siglo XIX, Cézanne se centró en paisajes y naturalezas muertas en los que intentaba reducir los objetos a sus formas geométricas básicas. En 1877, abandonó las técnicas impresionistas para seguir su propio camino, recluyéndose en la Provenza. Entre sus temas más famosos y repetidos está el Mont Sainte-Victoire, un risco calizo próximo a su ciudad natal que pintaba directamente del natural en dibujos, pinturas al óleo y acuarelas.

Como sucedía con sus naturalezas muertas, los paisajes de Cézanne avanzaban claramente hacia una simplificación de los elementos: las casas son cubos, los árboles, cilindros y la montaña como formas sobrepuestas una encima de la otra. Conseguía la ilusión de profundidad no como era lo habitual, a través de líneas que delimitaban superficies, sino a través del contraste entre colores cálidos y fríos. Definía a los objetos en función del color y después los rodeaba de sólidas líneas de contorno.

La pintura de Cézanne “Les Grandes Baigneuses”, realizado poco antes de su muerte, puede considerarse como su legado intelectual. La aproximación puramente abstracta adoptada por posteriores artistas en el siglo XX ya puede distinguirse en la estructura facetada y las formas de este cuadro. Para Cézanne, las obras de arte eran mundos independientes de colores y formas, “armonías paralelas a la naturaleza”; perseguía, no imitar sus temas, sino representarlos extrayendo su esencia interior. Esta convicción se convertiría en la base esencial el modernismo.

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