
Corea, 1950. Bajo liderazgo americano, las Naciones Unidas participan por primera vez en una guerra. Lo que empezó como un conflicto entre los regímenes rivales del norte y el sur, acabó por convertirse en un enfrentamiento entre Oriente y Occidente, amenazando con desencadenar una nueva guerra mundial. Esta fue una guerra marcada por los duros contrastes, como la geografía de Corea, desde la escarpadas montañas heladas en invierno, hasta los fértiles valles moteados de pastos en verano. Empezó siendo un intercambio de rápidos avances y retiradas y terminó por convertirse en una guerra de trincheras y bombardeos parecida a la I Guerra Mundial.

Los intentos japoneses de reprimir la resistencia coreana se vieron obstaculizados por dos fechas históricas: la guerra chino-japonesa de 1937 y, sobre todo, la II Guerra Mundial en 1941, después del ataque a la Flota norteamericana en Pearl Harbor.
En el desarrollo de ésta, cuando los japoneses ocuparon Shanghai, el gobierno coreano en el exilio se vio obligado a desplazarse a Chungking. Desde allí promovió la formación de un pequeño ejército de liberación que, en 1942, declaró la guerra a Japón y luchó con las fuerzas aliadas hasta la rendición japonesa de septiembre de 1945. Se terminaban entonces los 36 años de opresión que había soportado el pueblo coreano.
En la Declaración de El Cairo de 1 de diciembre de 1943, Estados Unidos, el Reino Unido de Gran Bretaña y China afirmaban que: “a su debido tiempo, Corea se convertirá en libre e independiente”. El Gobierno provisional coreano de Chungking pidió precisiones sobre esta vaga frase. ¿Cuál era “su debido tiempo”? La respuesta jamás llegó.

El presidente norteamericano Franklin D.Roosevelt propuso al mariscal soviético Josef Stalin en la Conferencia Cumbre de Yalta (4-12 febrero de 1945) que se constituyese un Comité de Tutela para Corea, integrado por cuatro potencias: Estados Unidos, la Unión Soviética, Gran Bretaña y China. Stalin se mostró conforme con la propuesta, pero no se llegó a un acuerdo formal.

Los soviéticos entraron, efectivamente, en guerra con Japón la noche del 8 al 9 de agosto de 1945 y enviaron tropas a Manchuria que se trasladaron al norte de Corea. El día 9, los Estados Unidos lanzaban su segunda bomba nuclear sobre la ciudad de Nagasaki y los japoneses ofrecía


En cualquier caso, los soviéticos se encargaron de hacer que el paralelo 38 se convirtiera en frontera y los acontecimientos posteriores tuvieron que enfrentarse con esa realidad. Por supuesto, los más desconcertados fueron los propios coreanos, que intentaron tímidos esfuerzos para organizar sus destinos como nación independiente para encontrarse la oposición ordenancista del general Hodge, aferrado al único gobierno militar evocado el 11 de agosto.
Entonces se resucitó la conversación que Roosevelt y Stalin habían mantenido en Yalta sobre el Comité de Tutela, y en la Conferencia celebrada en Moscú por los tres ministros de Asuntos Exteriores de las potencias –Estados Unidos, Unión Soviética y Gran Bretaña- se decidió la creación de dicha tutela a cargo de cuatro potencias (China sería la cuarta) por un período de cinco años.

El Pentágono y el Departamento de Estado avanzaron un paso más en la creación de la República de Corea y en el mes de octubre promovieron una Asamblea Legislativa Provisional cuyos miembros habrían de ser elegidos, por mitad, por el pueblo y el Gobierno militar. Las atribuciones concedidas a la Asamblea no iban más allá de pequeños asuntos administrativos y estaba sometida al veto del Gobierno. La Asamblea quiso excederse en sus funciones y condenó el sistema de Tutela establecido. Inmediatamente el Gobierno militar vetó la declaración calificándola de ilegal.
Entretanto, los soviéticos no perdían el tiempo y establecieron un Gobierno comunista en la que ya se empezó a denominar de manera abierta Corea del Norte. Los comunistas crearon el Comité Ejecutivo del Pueblo de la provincia de Hamgyong del Sur, que fue inmediatamente reconocido por la URSS como Gobierno legítimo, evitándose así la necesidad de formar uno militar, semejante al que, tan tenazmente, defendía el general Hodge. Esta ficción tomó, en octubre de 1945, el nombre de Oficina de Administración de Cinco Provincias y, en febrero de 1946, del de Comité Provisional del Pueblo para Corea del Norte.

En menos de un año se había consolidado el Partido de los Trabajadores de Corea del Norte y se había establecido una Asamblea Suprema del Pueblo.
Ante la falta de acuerdo entre soviéticos y norteamericanos para la reunificación de la península

- Celebración de elecciones generales en Corea bajo la observación de una Comisión Temporal de la ONU creada al efecto.
- Los elegidos formarían una Asamblea Nacional cuyas tareas inmediatas serían el establecimiento de un gobierno y la preparación de un acuerdo con las potencias ocupantes para la retirada de las fuerzas de ocupación.
La Unión Soviética ni siquiera se molestó en rechazar la resolución. Simplemente, prohibió la entrada de los miembros de la Comisión de Supervisión en Corea del Norte.

En la siguiente sesión ordinaria de la Asamblea General de la ONU, el 12 de diciembre, la organización internacional afirmaba que la República de Corea era el único representante legítimo del país. Tampoco en esta ocasión los soviéticos se molestaron en discutir. La Asamblea Suprema del Pueblo, en el Norte, había elaborado su propia Constitución. El Comité dio su visto bueno en abril de 1948 y convocó sus elecciones

Entonces hacían su aparición los temas militares. La URSS anunció la retirada de sus tropas el 1 de enero de 1949. Los Estados Unidos no lo hicieron hasta el 29 de junio de ese mismo año. Pero las circunstancias no podían admitir comparación.
Corea del Norte, más poblado y con mayores riquezas mineras e industriales, recibió la decidida ayuda de la Unión Soviética para levantar un ejército de 135.000 hombres entren

¿Y Corea del Sur? Tras el triunfo de Mao en China, Estados Unidos había convertido Formosa en una pieza clave de su contención del comunismo, pero habían olvidado dar ese papel a Corea del Sur. El 29 de junio se marcharon los soldados norteamericanos dejando al sur del paralelo 38 un grupo de 500 asesores para supervisar unas 5 divisiones desplegadas al norte de Seúl, sin tanques ni apenas artillería y con una fuerza aérea compuesta únicamente por 16 aviones. Era más una fuerza policial que un verdadero ejército.

El conflicto estaba servido
(Continúa en la siguiente entrada)
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