viernes, 25 de septiembre de 2009

El boli BIC


László y George Biró, dos hermanos húngaros, inventaron y patentaron su versión de un bolígrafo que podría ser considerado el antecedente directo del BIC Cristal, -del que se venden quince millones de unidades diarias en el mundo-; tanto es así que el término “biro” se ha convertido en el nombre genérico que reciben los bolígrafos en habla inglesa. Sin embargo, existen numerosos precedentes del diseño de los hermanos Biró, el más antiguo patentado en 1888 por J.J.Loud, un inventor estadounidense que creó un bolígrafo destinado a marcar superficies rugosas que suministraba la tinta por medio de una bola giratoria; sin embargo no supo ver todo el potencial comercial del invento.

La patente de los hermanos Biró señaló el advenimiento del bolígrafo moderno al optar por una tinta de secado rápido basada en la que se utilizaba para imprimir los periódicos. Tras emigrar a Argentina sacaron una patente nueva en 1943 y el Gobierno británico compró los derechos de licencia. La Royal Air Force necesitaba un nuevo tipo de bolígrafo que no gotease dentro de los aviones de combate a gran altitud como había ocurrido hasta entonces con las estilográficas. En 1944 el concepto desarrollado por los dos hermanos también llamó la atención del Departamento de Defensa estadounidense. Las aplicaciones comerciales del Biró se iniciaron en 1945, cuando la empresa Eterpen empezó a venderlo en Buenos Aires y al poco fue absorbida por la Eversharp, que lo puso en venta con el nombre de Eversharp CA (Acción Capilar). En octubre de 1945, la Reynolds International Pen Company sacó al mercado una imitación muy parecida de la que se vendieron millones en cuestión de meses pese a no funcionar muy bien.
Durante un tiempo, las ventas se incrementaron considerablemente. No obstante, dado que muchas unidades no funcionaban como era debido, a finales de la década de 1940 se produjo un descenso en las ventas pese a una campaña de marketing masiva y una rebaja considerable del precio. La confianza de los consumidores comenzó a crecer de nuevo con la exitosa salida al mercado del Jotter, primer bolígrafo de Parker Pen Company. No sólo resultaba eficiente, se encontraba disponible en varios grosores de trazo.

Sin embargo, fue gracias al empeño de Marcel Bich en fabricar un bolígrafo barato, simple y funcional que este invento se convirtió en un objeto de uso común. Tras fundar una fábrica de bolígrafos en Cliché, Francia, en 1953, sacó al mercado el primer BIC ese mismo año. En una década BIC acaparó gran parte del mercado europeo y, con la adquisición en 1958 de la neoyorquina Waterman Press, comenzó a vender sus bolígrafos desechables y transparentes en Estados Unidos. Asimismo BIC decidió cambiar la percepción que del producto tenía el consumidor mediante una campaña televisiva con un eslogan que proclamaba: “Escribe bien a la primera en cada ocasión, ¡por sólo 29 centavos!”.

BIC ha dominado el mercado de los bolígrafos durante muchos años, y en la actualidad patrocina acontecimientos deportivos y fabrica una amplia gama de productos, que van desde los barcos de vela hasta las maquinillas de afeitar.

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